La Fundación Narices Chatas replicó la idea del CONICET en el emprendimiento Plastiladrillos. Su presidenta, Fabiola Soria, contó de qué se trata el proyecto que ayuda al problema habitacional, y además brinda trabajo a esa comunidad.
La salteña Fabiola Soria es promotora de boxeo, organiza eventos de esta práctica y es presidenta de la Fundación Narices Chatas. Ante el problema habitacional que tiene Tartagal, además de los altos niveles de desocupación, ella viene trabajando desde el 2019 junto a un grupo de voluntarios en un proyecto ecológico denominado Plastiladrillos.
En una entrevista con el portal Ser Argentino, Soria comentó sobre la iniciativa, cómo surgió la idea, quiénes la acompañan en el proyecto, cuáles son sus objetivos y desafíos, entre otros detalles.
“El proyecto que tengo a cargo se llama Plastiladrillos. Se trata de la fabricación de ladrillos de plásticos pet, a través de botellas descartables que son donadas por vecinos de Tartagal y además de las colectas que realizamos para luego ser convertidas en plásticos triturados, que mezclados con cemento y arena se convierten en un ladrillo que tienen características similares al ladrillo de barro común, pero este es más liviano, más aislante y lo más importante es que es ecológico”, comenta Soria.
Sobre cómo surgió, la emprendedora cuenta que “La idea de convertir las botellas de plásticos en ladrillos trata de replicar esta práctica que ya existe, ya que la creó el CONICET en el Centro Experimental de la Vivienda Económica en Córdoba hace veinte años y esta iniciativa se popularizó por la Fundación Ecoinclusión en el 2017, ganaron el desafío Google como mejor proyecto de reciclaje y es en ese momento que conocí este proyecto inmediatamente sentí la necesidad de replicarlo en Tartagal”.
“Respecto a las personas que me acompañan en este proyecto, son todos los voluntarios que pertenecen a la Fundación Narices Chatas, donde también están familiares, amigos, y boxeadores”, añade. “Son varios los objetivos que tenemos con este proyecto. Primero ayudar y tratar de poner fin a la pobreza. Segundo, tratar de concientizar sobre el consumo responsable y, tercero, brindar trabajo a la gente, porque para que esto sea posible también implica generar trabajo para la comunidad”, enfatiza Fabiola.
Por último, se refirió a los desafíos que tiene con Plastiladrillos, y se trata de que, si bien este emprendimiento es chiquito en Tartagal, aspiran a que se convierta en una fábrica con grandes dimensiones, y otras localidades de Salta puedan colaborar con la donación de más botellas y así poder dar solución al problema habitacional y brindar más trabajo a las comunidades aborígenes de Tartagal.