La organización se encarga de entrenar perros que luego son entregados para la asistencia de niños con autismo y personas adultas con discapacidad. Malón es uno de ellos y Elena, la mamá de la adolescente con síndrome de Down, cuenta cómo les cambió la vida.
La organización Bocalán, que entrena perros de asistencia para niños con autismo y personas adultas con discapacidad, entregó en 2021 cinco animales que completan 42 entregados en una década de trabajo en la Argentina, uno de ellos Melón que llegó a la familia de Elena para cambiarles la vida, cuenta la mamá de la adolescente.
Mercedes De Palacios charló sobre qué implicó para su familia la llegada del Golden Retriever. “Melón nos cambió la vida, es alegría” resume la mamá de Elena, una adolescente de 13 años con síndrome de Down y rasgos de autismo. Ella no se comunica verbalmente y durante la cuarentena por coronavirus se fue a la calle, sola, de madrugada en tres oportunidades.
“Fue nuestra señal de alerta y con mi marido comenzamos a investigar sobre perros de asistencia y llegamos Bocalán”. relata De Palacios. La ONG elige, en general, perros Labradores Retriever o Golden Retriever porque poseen determinadas características en su contextura física y en su carácter que facilitan su entrenamiento y su labor.
Cómo funciona el entrenamiento
Las y los entrenadores de Bocalán seleccionan a los cachorros entre los 45 y 60 días de vida, luego de los dos meses y medio aproximadamente, comienza lo que se denomina período de socialización y los perros son asignados a familias voluntarias que estarán a cargo de cuidarlos y contribuirán al carácter sociable del animal.
Al cabo de 10 meses se empieza a forjar y comprender la personalidad del perro lo que determinará su compatibilidad con la persona con quien se acompañarán. El periodo de entrenamiento culmina entre los 16 y 24 meses con la etapa de “acoplamiento” junto a la familia designada, donde aprenden a cuidar y a manejar a su perro, con la dirección de quienes los entrenan. Ese proceso comenzó en mayo de este año con Elena, y en parte fue virtual por el contexto de pandemia, pero lo lograron.
La experiencia de Melón y Elena
“Nos adaptamos al perro y él a nosotros. Se generó un vínculo buenísimo. Como no verbaliza Elena, se comunica de otra manera. Melón la despierta todas las mañana, ella lo abraza y besa. La acompaña hasta la puerta del colegio, y la va a buscar”, comparte la mujer.
El sueño de la adolescente mejoró, no hubo mas episodios de escapismo, y Melón ayudó “a bajar la ansiedad y hace todo fácil, incluso los viajes en auto al colegio y las distintas terapias que siempre eran difíciles”, resume la mamá de Elena.
Margarita Ziade, directora de Bocalán Argentina cuenta que desde hace dos años comenzaron a criar sus propios perros: “Creemos que es fundamental tener una base temperamental idónea y perros sanos, así tenemos la posibilidad de tener más cachorros en entrenamiento y aumentar la cantidad de perros de asistencia”.
“En esta tarea nos acompaña,desde nuestros inicios, Eukanuba, ofreciendo la alimentación de por vida de los perros involucrados en este proyecto, entre otros soportes que contribuyen al fortalecimiento del programa de la ONG”, añadió. La organización ya entregó 42 perros en una década, y este año, además de Melòn, llegó a la vida de Benjamín, la perra Sandía, Lisa recibió a Limón, Estanislao a Dance y Antonio a Calabaza.