Perdió la memoria, pero cuando su bisnieta le canta ella recuerda la letra de las canciones

Historias para contar Slider costado

Celeste le canta “Mi Corrientes porá” a Lucía, su bisabuela. La emotiva historia.

Desde que sufrió un ACV Lucía es otra. La memoria fue la parte más afectada, pero, sin embargo, hay momentos en los que conecta a través de la música. Por eso Celeste, su bisnieta de 19 años, a través del canto la invita a revivir el pasado en esa cabeza que peina muchas canas a los 80 años. Nació en Santa Fe, pero desde chica se mudó a José C. Paz, provincia de Buenos Aires, donde vive actualmente junto a dos mujeres que la cuidan.

Lucía, junto a su bisnieta Celeste. (Foto: TN y La Gente).

Junto a Marcelo, su marido, tuvieron cuatro hijos. Siempre fue ama de casa. El que salía a trabajar a las obras en construcción era su esposo. Hasta que a los 40 años tuvo un accidente y se dedicó a otra cosa. “Como quedó inválido empezó a afinar bandoneones y acordeones”, contó Celeste.

Cuando su esposo murió, la alegría que había en esa vivienda se fue apagando. Pero por mucho tiempo, Lucía se encargó de que los recuerdos de aquellos tiempos siguieran viviendo hasta que su salud se deterioró hace algunos años cuando sufrió el ACV.

La enfermedad no le afectó la movilidad, aunque si le arrebató algunos recuerdos. Pero no pudo robarle la conexión que siempre tuvo con la música. Le gusta el folklore y el tango. Es fanática de Tita Merello. “Siempre en su casa hubo música. Le gusta todo tipo de música. Yo canto y mis bisabuelos eran mi público y me inundaban de aplausos, aunque a veces eran muy críticos y me marcaban los errores”, recordó la joven.

Por eso, en una de las tantas visitas, Celeste decidió cantarle “A mi Corrientes porá”, grabó el momento y compartió el video en el portal de periodismo ciudadano.

La mujer de 80 años en un cumpleaños junto a parte de su familia. (Foto: TN y La Gente).

En las imágenes están las dos sentadas alrededor de una mesa, y la joven empezó a cantar. Al principio su bisabuela la miró como extrañada, pero enseguida recordó y puso cantar, a su manera, una parte de esa bella canción.

Entre las manos Lucía tiene un cuaderno en el que estaba dibujando corazones. “Le hice dibujar eso porque me quiero tatuar uno de esos corazones que ella dibujó”.

Ya no recuerda los nombres de sus hijos, nietos y bisnietos. No son muchos los momentos en los que logra conectarse con la realidad. En el placard todavía guarda como un tesoro los tapados, aros y carteras que vistió años atrás. Ahora, con la vida y una enfermedad a cuestas, Lucía agradece el amor y la compañía que le brinda su familia. Y le regala una sonrisa a Celeste, cada vez que va a su casa a cantarle una canción.

FUENTE: TN

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