Mendoza: un vecino lo encontró revolviendo la basura y le cambió la vida

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Juan Oscar Bardinella un hombre de 58 años, perdió todo y logró salir adelante gracias a la solidaridad.

Cuando Exequiel Agüero se percató de que el hombre que tenía medio cuerpo dentro del contenedor de residuos era Juan, su vecino, decidió frenar su vehículo. Llovía.

“Lo veía todos los días pidiendo plata en el semáforo. Lo conocía bastante, digamos. Pero el martes estaba diluviando y lo encontré revolviendo la basura. Decidí que ese día sea distinto para él”, contó el hombre de 29 años.

Exequiel se acercó para proponerle un plan distinto: pasar la mañana juntos, permitir que se diera un baño en su departamento y ofrecerle un espacio de diálogo para que el vínculo entre ambos se viera fortalecido.

“En ese departamento tengo un showroom de la ropa que vendo”, explicó el mendocino que vive junto a su pareja y sus hijos en General Gutiérrez, localidad perteneciente al departamento de Maipú. “Se dio una ducha y nos sentamos a ver la tele. Mientras hacíamos zapping nos contamos nuestras vidas”, agregó.

Exequiel le abrió su intimidad a Juan Oscar Bardinella, conocido en el barrio como “El Gallego”, un hombre de 58 años que vive en una garita de gas, pegada a un centro de salud. Dentro de la estructura solo entran él, un colchón y una mochila con poca ropa.

El joven mendocino lo llevó a su casa y le permitió bañarse, mirar la tele y comer (Foto: Exequiel Agüero).

“Se me ocurrió llamar a un amigo que tiene una barbería ahí cerca. Me dijo que por la lluvia el día estaba re tranquilo, así que fuimos y se pudo cortar el pelo. Hicimos un cambio de look, volvimos al departamento para cenar y luego lo dejé en la garita”, contó Exequiel.

Un hijo, una esposa y una vida perdida en Estados Unidos

Durante las horas que permanecieron juntos, Juan le reveló que antes de perderlo todo había tenido una vida soñada: una familia constituida, una madre presente y un trabajo en Nueva York que duró cerca de 22 años.

“Su papá lo abandonó a los cinco años y se crió junto a su mamá y sus hermanos. Cuando tenía 18, su madre y su hermano mayor se fueron a vivir a Estados Unidos. Tenían familia allá. A los años se pudo ir él”, explicó Exequiel.

 “Me dijo que a los 22 años se casó y tuvo un hijo. Estaba muy bien allá, se dedicaba a la construcción. Pero empezó a tener problemas con el alcohol y una noche, en un control policial, le encontraron droga en su vehículo. Se volvió a Mendoza. Su mamá vendió una casa para que él pudiera regresar a Estados Unidos. Pero intentó hacerlo de manera ilegal, cruzando la frontera por México, y lo deportaron de por vida”, sostuvo el dueño de un microemprendimiento de estampado textil.

Sin casa y sin familia, Juan se aferró a aquello que había dinamitado su bienestar y agravó sus problemas. “Su ex pareja nunca más le habló, tampoco volvió a ver su hijo. Encima me contó que su mamá había viajado a verlo y que en esa visita a Mendoza falleció. Su único vínculo es su hermano, que actualmente vive en España”, relató Exequiel.

También lo llevó a la peluquería para que se corte el pelo y lo afeiten (Foto: Exequiel Agüero).

Juan se radicó en la ciudad de Mendoza y fue por el consejo de un amigo que decidió trasladarse hacia Gutiérrez. “Le pregunté mucho acerca de su futuro, de lo que imagina. Me comentó que para él es difícil volver a la normalidad, que ya no tiene esperanza. Yo creo que si él coopera y se predispone, con fuerza y garra puede salir adelante”, precisó el mendocino.

Exequiel indicó que incluso lo contactaron de diferentes hogares para que le transmitiera a Juan el ofrecimiento de vivir allí: “Dijo que ya pasó por varios y que no quiere volver”, respondió.

 “Sentí que por su mirada, por su caminar, por su forma de expresarse, le iba a hacer muy bien. Solo intenté ofrecerle todo lo que estaba a mi alcance para que estuviera un poco mejor. Advertí mucha tristeza y soledad. Él me agradeció que haya aparecido en su camino”, remarcó Exequiel.

El hombre denunció que dos mujeres se llevaron a su perro y no se lo devolvieron (Foto: Exequiel Agüero).

Sobre el final, el joven narró que parte de la angustia de Juan tiene que ver con “Osito”, el perro caniche que vivía junto a él. “Se acercaron dos mujeres, protectoras de animales, para decirle que lo iban a llevar a cortarle el pelo. Él confió y lo entregó. Pero eso pasó hace 15 días y no se lo devolvieron. Es lo único que tenía”.

FUENTE: TN

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