Mariana Machado: “Nuestro desafío es mantener en alto la bandera y adecuarnos a las nuevas realidades”

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POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

Mariana Machado es referente cultural de la colectividad española en Argentina. En el Día de la Constitución de España, que se celebra desde 1983, dialogamos con ella sobre la importancia de esta fecha, y aprovechamos para meternos un poco en la cultura, la relación directa con el país, la “Ley de Nietos”, y los proyectos que tienen planificados para el futuro.

– Hoy se conmemora un día muy importante para los españoles, ¿qué significa para vos?

Es el Día de la Constitución, declarado fiesta nacional, conmemora lo sucedido el 6 de diciembre de 1978, cuando los españoles votaron en referéndum favorable una nueva Constitución española que sigue vigente. Todo comenzó un año antes con Los Pactos de la Moncloa, cuando todas las fuerzas políticas y territoriales se unieron para establecer bases con la idea de modernizar el país. El 25 de octubre de 1977 se firmaron los pactos que fueron dos: acuerdo sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía; acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política. Estos acuerdos se convirtieron en un paradigma mundial de diálogo y convivencia democrática entre todas las fuerzas políticas y territoriales, aún las más rebeldes y esquivas. Estos pactos políticos de La Moncloa permitieron a España iniciar el camino de esa nueva Constitución que se votó el 6 de diciembre de 1978 y añadieron una lección  trascendente que no convendría olvidar en una democracia: la eficacia, y la necesidad, de un pacto político basado en el consenso, para enfrentar los problemas más graves de la sociedad y posibilitar las soluciones. 

– ¿Cómo es la vida cultural y social de la colectividad españoa?

La colectividad española está muy ansiosa de reunirse y participar porque la pandemia nos ha pegado muy duro. Hemos perdido muchos amigos, y la necesidad de proteger a los mayores se convirtió en una causa común. De a poco hemos vuelto a disfrutar de las comidas en los clubes, las charlas, muestras de arte, presentaciones de libros, espectáculos para niños, teatro, danzas. Hay 563 centros españoles activos a lo largo y ancho de Argentina. La Federación de Sociedades Españolas se encarga de mantener el vínculo, a pesar de las distancias. Con las plataformas digitales se avanzó bastante en ese sentido, pero nada reemplaza el contacto personal.

– ¿De qué manera repercute la llamada “Ley de Nietos”?

Es un aluvión. Todos están buscando los documentos que acrediten un abuelo o abuela español. Tienen dos años por delante pero están muy ansiosos. Ahora en FEDESPA se han implementado unas charlas vía Internet para intentar responder las preguntas más recurrentes, y tratar cada caso hasta llegar a obtener la nacionalidad. Los consulados están colapsados y dan turnos a largo plazo, pero se va resolviendo. Es una sensación agridulce. Todos quieren vivir en la tierra de sus abuelos y se nos van los mejores jóvenes, los más preparados.

– ¿Qué complicaciones encuentran para trabajar desde la colectividad?

La bandera española está en nuestros corazones, pero también la argentina. El Club Español de Buenos Aires cumplió 170 años. Soy allí la responsable de cultura y a veces tengo problemas para organizar algo cultural porque los salones se alquilan para diversos usos. El mantenimiento de estos palacios es muy costoso y hay que priorizar la entrada de dinero en detrimento de la cultura. Es triste, pero es una realidad con la que peleamos constantemente.

– ¿Qué desafíos y oportunidades hay para la colectividad?

El desafío es mantener en alto la bandera y adecuarnos a las nuevas realidades. Somos resilientes, tenemos la sangre de muchos pueblos que han guerreado por siglos y han emigrado por siglos también. Creo en las personas de bien, las que piensan que, en equipo se logran los mejores resultados. Por eso no pierdo la esperanza de un renacer glorioso.

– Algo que quieras agregar.

Sí. Estoy absolutamente en desacuerdo con el “edadismo”, aunque el “viejismo” es todavía más doloroso. Cuando éramos adolescentes nos decían “no estás maduro…”  y ahora a los ancianos los tratan de “viejos inútiles”. Ignoran que el que no llega a viejo lo paga con la vida; es un alto precio, como para no agradecer la vejez. En la colectividad española hay muchos ancianos nativos y son todos muy valiosos, los escuchamos y aprendemos de ellos. Nunca vi personas más orgullosas de su pasado, por más humilde que fuera. Aman a nuestro país con todo su corazón y están muy agradecidos. Son el espejo en el que deberíamos mirarnos.

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