POR SEBASTIÁN SAAVEDRA
El 3 de Julio en Argentina se celebró el Día Nacional del Locutor. Esa fecha se recuerda el nacimiento de la entidad gremial que nuclea a los profesionales de la radiofusión, la Sociedad Argentina de Locutores.
En el marco de esta celebración, dialogamos con María Isabel Sánchez, locutora graduada en COSAL, ganadora de cinco Martín Fierro por su labor en locución, una voz más que autorizada para contarnos cómo llegó a esta vocación, y también cómo terminó eso transformándola en escritora.
-¿Elegiste la locución o te eligió a vos ?
Definitivamente la elegí. La vocación estaba definida y solamente faltaba saber si tenía condiciones o no. Las voces son todas lindas si se saben utilizar de manera correcta. Me gustó, me costó, tuve que pagar el derecho de piso trabajando en horarios que nadie quiere trabajar, los fines de semana, pero sin dudas que fue una vocación buscada.
-¿Cómo llegaste a la carrera que tenés hoy?
Desde chica jugaba con elementos que tenían que ver con la comunicación: con cartón me hacía micrófonos, máquinas de escribir, hasta cámaras de televisión. Tal vez no sabía exactamente hacia dónde iba, pero en los actos escolares me ofrecía como presentadora, así que digamos que lo tenía bastante definido. Cuando terminé la secundaria me volqué hacía la locución, y empecé a trabajar a los 21 años. También me atraían las noticias y el periodismo, así que más allá de la belleza del lenguaje, estudie periodismo también. Estoy feliz de haber elegido esta carrera.
-Hoy por suerte esta realidad se ha transformado, pero ¿cómo viviste ganar un lugar en un mundo que parecía ser de hombres?
La locución particularmente nunca fue un lugar solamente de hombres, en cambio el periodismo sí. El tema de las voces siempre estuvo bastante equilibrado, incluso cuando comencé a estudiar recuerdo que éramos 50 y 50. Anteriormente había “locutores de turno” y éramos un hombre y una mujer. Hoy las locutoras acompañamos mucho como segunda voz a los conductores (que en su mayoría sí siguen siendo hombres), y esa posición de segunda voz es más enfocada en mujeres. Así y todo en la cuestión del periodimo, como en la vida, las mujeres hemos ganado más lugares, y ha cambiado mucho la radio en los últimos años.
-¿Qué opinás de la actualidad de la radio?
La radio es un medio que se ha renovado. Se actualiza con el correr de los tiempos, y ya no se escuchan voces impostadas, todo es mucho más fresco, con más naturalidad. A veces también por demás: escucho programas que se convirtieron en mesas de amigos charlando de ellos, y sus cosas, y tal vez la radio no sea eso. La radio tiene que seguir buscando el interés general porque es un lugar privilegiado de información. Si te ponés a mirar ningún otro medio la ha opacado, todo ha sido un elemento más que suma a la radio, que le genera más contenido y teconologías. La veo bastante bien a pesar de los malos augurios que se han hecho sobre ella.
-En un momento de tu carrera comenzaste a escribir, ¿cómo surgió esa inquietud?
Tenía un programa en Radio 10 que se llamaba “Vivir para contar” donde proponía un debate con los oyentes basado en los vínculos humanos. Siempre llevaba un psicólogo para darle un enfoque más serio a la conversación. Sabía escribir, y una editorial me ofreció hacerlo con los mejores contenidos que habían salido al aire. En ese momento el aire era efímero, sino lo escuchabas en vivo o lo grababas indmediatamente no había ningún registro. Me resultó interesante la idea, y durante un año grabé los mejores programas, y sobre esa base hice un libro con 10 capítulos que titulé “Analizate”. La verdad que fue una hermosa experiencia y el libro se vendió muy bien. Hoy en día tengo ocho libros escritos, y esto fue creciendo hasta llegar a la editorial Planeta, y conseguir que “Amores reales” sea el libro más vendido del año. Cada uno que escribo siento que me salió mejor que el anterior, y fui ganando mucho en solidez: escribir es una vivencia maravillosa que te enriquece como profesional.
-De no haber sido locutora, ¿qué te hubiese gustado hacer?
Arquitecta, sin dudas. De hecho estudié diseño interior y me recibí. He hecho exposiciones, arte, pintura, todo como hobbie. Me encanta la creatividad y generar espacios a medida de la personalidad y estilo de cada uno.
-Alguna reflexión final que nos quieras dejar.
Durante la pandemia y aislamiento se revalorizó nuestra profesión. Volví a sentir la importancia de llevar información en momentos de confusión o angustia, y también ánimo. Hay gente que está muy sola y nosotros seguimos siendo una enorme compañía. No somos solamente palabras, sino un nexo entre las personas para transmitir sentimientos, y cuando alguien viene a la puerta de la radio y nos dice “te quiero”, o “me hacen estar con mis familiares que escuchaban a ustedes”, te das cuenta que esto no es solamente dar noticias.
