Madre e hijo unidos por el mismo diagnóstico: autismo

Historias para contar Slider costado

Romina Zejdlik descubrió en pandemia que con su hijo Lázaro compartían el Trastorno del Espectro Autista (TEA). “Puedo entender su manera atípica de ver el mundo”, afirmó.

Romina Zejdlik vive en Alta Gracia y es mamá de cuatro varones: Pedro, Lázaro, Juan Bautista y Salvador.  Lázaro, pronto a cumplir 13 años fue diagnosticado a los 2 años y ocho meses con TGD (Trastorno Generalizado del Desarrollo) y más tarde con TEA (Trastorno del Espectro Autista).

Ahora en pandemia, Romina también descubrió que ella tiene el mismo diagnóstico. “Lázaro marcó un antes y después, porque como padres nunca venimos preparados. Creemos que todos los hijos que nos nacen tienen que ser de determinada manera y cierta forma y esto fue un antes y después en mi vida, para bien“, manifestó. La llegada de Lázaro le hizo bajar un cambio, marcar otros tiempos y ritmos de aprendizaje. “Es importante respetarlos y me enseñó a valorar las pequeñas cosas de la vida. Nos ponemos felices ante los pequeñísimos logros y para los padres de las personas con autismo es como tocar el cielo con las manos“, contó. “Recién ahora mi hijo está aprendiendo a escribir, y es tarde en la vida, pero ellos tienen su propio ritmo y su propia forma de aceptar el aprendizaje“, señaló. En cuanto a su diagnóstico, Romina contó que siempre atribuía los rasgos de Lázaro a otros miembros de la familia: “Nunca me hacía cargo hasta que me empecé a reflejar y preguntarme si no era yo la que más se le parecía”.

Lo empecé a mirar con ojos menos normalizadores. Las madres venimos con ese chip incorporado de pretender que todos los hijos sean iguales y aprendan a leer y escribir a cualquier edad y es un doble alivio en mi vida“, expresó. “Yo hablaba del autismo como algo ajeno a mi persona y ahora lo vivo en carne propia y es diferente porque puedo entender más su manera atípica y genuina de habitar el mundo“. Para Romina, todas las personas con autismo son auténticas: “Tenemos muchas debilidades pero muchas fortalezas que son importantes destacar“.

Autismo en mujeres

Romina explica que es difícil  diagnosticar el autismo en mujeres porque tienden a desenvolverse y tener habilidades comunicativas y lingüísticas que lo camuflan y enmascaran. “Se manifiesta más sutilmente y tenemos esas características como dificultades en la socialización que nos genera ansiedad, así como los intereses restringidos“, aclara. Romina es autora de dos libros “Transformar el vuelo, relatos de una mamá TEA” y “Auténticos”, que reflejan su vida y creó también la Fundación Por la Inclusión Plena.

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