La obra de un diseñador marplatense que flamea en Nueva York

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La bandera del diseñador gráfico marplatense José Francisco Alfonso, conocido como Sael, fue seleccionada entre más de mil propuestas para flamear en el Rockefeller Center. En el marco del concurso de arte público The Flag Project, la instalación en la icónica pista de patinaje al aire libre convocó a diseñadores de todo el mundo bajo la consigna de celebrar la cultura, la diversidad y la energía de Nueva York.

Multicolor, de líneas geométricas y con el emblemático puente de Brooklyn como símbolo, la bandera del único argentino elegido se llama Emoji_on. Una cuota de ironía que juega con la fonética del título y comparte espacio aéreo con 192 diseños más. Entre ellos, los de Jeff Koons, KAWS, Marina Abramovic, Shantel Martin, Christian Siriano y Laurie Anderson. La muestra se extiende hasta fines de marzo e interpela a los visitantes a levantar la vista y descubrir las obras que ocupan el lugar donde tradicionalmente se izan las banderas de los países reconocidos por las Naciones Unidas.

Es un proyecto que apela a la expresión en un contexto global donde la necesidad de transmitir mensajes positivos es clave. Representa una oportunidad muy importante para seguir formándome y abrir otras puertas”, señala Sael desde su casa-estudio en el corazón del barrio de Almagro. “Al puente lo transformé en un emoji con la idea de unir y comunicar, de acercar un lado y el otro desde la alegría y no desde la situación incierta generada por la pandemia”, explica.

El diseñador marplatense, de 43 años, se enteró de la convocatoria a través de las redes sociales. Y una vez que comprobó el carácter internacional del concurso bocetó 30 propuestas y envió 4 opciones. El puente con ojos de corazones y sonrisa simétrica persuadió al comité evaluador, integrado por Casey Fremont (director ejecutivo del Fondo de Producción de Arte), Ernest Green (defensor de los derechos civiles), Margaret Morton (directora de Creatividad y Expresión Libre de la Fundación Ford), Faith Ringgold (escritora y activista), y miembros del Ali Forney Center (centro para jóvenes LGBTQ sin hogar).

Diseño para agradecer, para generar lazos que fortalezcan sentimientos positivos. Estamos en la era de los creadores que buscan mejorar estados de ánimo. Me considero un poptimista”, confiesa el autor del trabajo, que forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Sael ganó dos premios Latin American Design Award (2017 y 2018, por el diseño de portadas para la revista Viva), el certamen que reconoce a las mejores ideas y piezas de diseño de la región. Coleccionista de simetrías estridentes, explorador serial de emociones visuales, cruzó la frontera regional: acaba de desembarcar en Tokio con la identidad visual de la firma de máscaras faciales de protección Plus 3.

El diseño de la campaña gráfica que tapizó estaciones de subte y transporte público el día de San Valentín muestra la silueta de dos personas que se miran de frente conformando un corazón. Fue realizada en conjunto con Agustina Ruiz, compañera de ruta del joven autodidacta, y también marplatense.

Unir líneas, construir geometrías espaciales e intervenciones que desborden las plataformas tradicionales, esa es la búsqueda creativa del diseñador que desde chico se inclina por la simetría. “Diseñaba mis propias carpetas para el colegio respetando líneas simétricas. Y si en la clase de plástica me pedían un pájaro, no podía resolverlo. Tenía que dibujar dos”, recuerda. Cuando todavía era José vendía tarjetas y libretas en Villa Gesell, Pinamar y Cariló que firmaba como Sael, hasta que con el tiempo el nombre artístico se transformó en alias e identidad visual con la que desarrolla ilustraciones, piezas gráficas, murales, juguetes e intervenciones en el espacio público.

El lanzamiento de Sael For You, desde la página www.saelforyou.com.ar, le permitió ordenar y clasificar los productos que surgieron de sus trabajos: vinilos, cuadros, tazas y la última criatura, Toygether. Se trata de una obra objeto formada por dos figuras de madera que se unen magnéticamente y, con sólo girarlas, se logran múltiples configuraciones lúdicas.

La cartografía del diseñador arrancó con afiches y gráficas. Y el recorrido lineal trascendió el plano para incorporarse al volumen. Sus coordenadas multicolores subieron y bajaron por el interior del Museo MARQ (Museo de Arquitectura y Diseño de la Sociedad Central de Arquitectos). También se transformaron en vinilos que formaron la imagen del Planetario: durante la presentación del libro Extraordinario Planetario (de Valeria Dulitzky y Julieta Ulanovsky) Sael estampó el edificio en las espaldas de los visitantes. “Disfruto la obra inmersiva. Las personas son el canal, el soporte. Y ahí la obra ya deja de ser mía. Pasa a los cuerpos de tantos y tantas, se resignifica”, concluye el diseñador, artista multidisciplinario, explorador y poptimista urbano.

FUENTE: LA NACIÓN

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