La luchadora que dejó el boxeo para ser mamá pero volvió con un triunfo y ahora aspira al título mundial

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Iara Altamirano tiene 25 años y un hijo de ocho meses. Primero la pandemia y después la maternidad interrumpieron su carrera. En el regreso, sostuvo su invicto.

Iara Altamirano, la boxeadora de Claypole que supo ser campeona argentina de la categoría gallo y tuvo que dejar vacante su cinturón a causa de que no pudo defenderlo por la pandemia y luego por ser madre, volvió a los rings con un importante triunfo por decisión unánime ante Lilian Dolores Silva en Rafael Calzada. 

El combate se realizó en la categoría Supergallo y eso se debió a que Altamirano pretende volver “de a poco” al peso en el que peleaba previo a su embarazo: su record, luego de este combate quedó en ocho peleas ganadas y un empate, por lo que continúa invicta como profesional. Como amateur realizó 20 peleas, de las que apenas perdió dos, y se consagró campeona metropolitana y nacional.

Altamirano se consagró campeona argentina Gallo en diciembre de 2019, cuando le ganó también en Rafael Calzada por decisión unánime a Julieta Andrea Cardozo, y luego la pandemia impidió sus planes de defender la corona, que finalmente quedó vacante. En ese lapso de tiempo quedó embarazada de su pareja, el también boxeador Jeremías Ponce, y en octubre del año pasado nació su hijo Alejo, quien está considerado en el ambiente boxístico como “El Heredero”.

Iara Altamirano, boxeadora.

“Me hizo bien volver a pelear, me sentí bien conmigo misma, me di cuenta de que era más fuerte de lo que pensaba. Cuando tenés un bebé recién nacido todo te da vuelta y parece que no vas a hacer más nada que estar con él, todo se vuelve más complicado, pero siempre hay una manera“, cuenta la boxeadora.

El hecho de la maternidad también le hizo replantearse muchas cosas a Iara, porque ahora tiene una persona el mundo que depende de ella y a la que está cuidando la mayoría del tiempo del día, salvo cuando se hace un espacio para ir a entrenar y su suegra se encarga de Alejo.

“Antes de ser mamá yo decía que no iba a volver a pelear, porque uno sabe como sube al ring, pero no como baja. Con el tiempo fue más fuerte la pasión: hago esto desde los 15 años, lo que sí: ahora trato de cuidarme un poco más que antes“, explica.

Y como todos los boxeadores cuentan, la mejor forma de cuidarse arriba del ring es realizar un buen entrenamiento: estar más rápidos, ágiles y tonificados provoca que reciban menos golpes y que también puedan “absorberlos” mejor.

La constancia tiene mucho que ver con el rendimiento del boxeador a la hora de la pelea: si no te lo tomás en serio y entrenás a conciencia se te pueden venir encima muchos problemas cuando subís al ring“, enfatiza Altamirano.

Iara junto a su hijo Alejo, de ocho meses.

Iara es entrenada por el reconocido Alberto Zacarías, quien la guió también cuando se consagró campeona argentina y quien ocupa un lugar muy importante también en su vida boxística es su marido, Jeremías Ponce quien está invicto como profesional (30 peleas ganadas, 20 por KO) y es el actual campeon Superligero IBO de la FIB. 

“A la hora de las peleas él es el primero en darme consejos y en ayudarme. Está conmigo en los entrenamientos y cada tanto me corrige. Es fundamental tenerlo como compañero, porque él sabe todo lo que ocurre previo a las peleas para dar el peso, el cansancio y el mal humor que genera”, detalla Iara.

Y para finalizar agrega: “Mi sueño es recuperar el cinturón de campeona argentina y después pensar en ser campeona mundial. Ya para mi próxima pelea voy a volver a bajar a Gallo, que es mi categoría, y voy a empezar a pensar en esos objetivos. Luego la idea también es pelear afuera: en Argentina a las boxeadoras lamentablemente no nos pagan lo que deberían por las peleas“.

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