La historia de Luciano Malewicz: nació en Belgrano y vive en Canadá

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POR EZEQUIEL FERNÁNDEZ

Conocé en esta charla exclusiva la historia de Luciano, un argentino de 42 años que dejó todo y se fue a vivir a Winnipeg junto a su familia. Los vaivenes para poder salir, por qué decidió irse, su gran experiencia en Canadá y mucho más.

Luciano Malewicz es un argentino criado en Belgrano que nunca reprimió su deseo de conocer, viajar y tener experiencias en otros países. Tuvo varios idas y vueltas: conoció México, Panamá y actualmente vive en Winnipeg, provincia de Manitoba, desde octubre del 2019. En esta charla exclusiva nos cuenta su historia de vida: cómo fue la decisión de dejar el país, cómo fue asentarse en un nuevo suelo y mucho más.

¿Cómo fue que conociste Canadá?

Cuando tenía 22 años, en el 2002, vine de Canadá a Calgary, de turista, para conocer y tantear la posibilidad de inmigrar. En ese momento fui a esa ciudad porque tengo una tía, hermana de mi papá con mis primos y tíos, que vivían ahí. Los primeros meses estuve viviendo en su casa. Acá se usa mucho el sótano, hay gente que incluso lo alquila como una casa para vivir. Ahí tenía mi dormitorio y estuve casi 3 meses viviendo. Después me fui a vivir solo en la misma ciudad: le alquilé un sótano a una familia de inmigrantes de China, en donde tenía mi dormitorio, una cocina y un baño; y ellos vivían arriba. Busqué trabajo, un sponsoreo para conseguir los papeles y trabajar legalmente principalmente en una ciudad turística hotelera y centro de sky a una hora de Calgary que se llama Banff, pero al final no salió. Hacía algunas changas pero no tenía autorización para trabajar, me las rebuscaba para sobrevivir, en ese momento había vendido un Ford Fiesta que fue mi primer auto en Argentina, con eso pude pagar el pasaje y me quedo un resto para los primeros meses en Canadá, justo fue en la devaluación del 2002 y perdí más de la mitad del valor de lo que lo había pagado hacia menos de 2 años y tenía como backup 5000 dólares que me había prestado mi mamá en caso de emergencia…. Pude aprovechar para hacer unos cursos de inglés, extendí la visa de turista que era de 6 meses, me quedé 6 meses más y después me tuve que volver a Argentina, ya que no me salieron los papeles. Igualmente, iba a volver porque, aunque me saliera un sponsor de trabajo, tenía que gestionar desde Buenos Aires el trámite, pero no salió como dije antes y volví contento a Argentina sin sensación de frustración, era una etapa terminada, me había ido sin saber si me iba por 2 meses o 10 años… Finalmente fue casi 1 año y fue una experiencia extraordinaria.

¿Ya tenías claro que ibas a volver unos años después?

Yo siempre, desde la adolescencia, sentí mucho interés en tener la experiencia de vivir en otro país. En mi adolescencia me sentía cansado de algunas particularidades de Argentina. En 1999 empecé a evaluar seriamente la posibilidad de irme. Yo necesitaba buscar un lugar diferente. Me fije en Estados Unidos, pero justo vino el atentado a las Torres Gemelas. Mi tía, la que vivía en Calgary, justo viajó a Argentina por un casamiento y me dijo de viajar a Canadá. En ese momento, estudiaba economía en la UBA, pero no le daba mucha atención. Entonces, descarté Estados Unidos porque se complicó y empecé con los planes para viajar a Canadá. En el 2003, cuando vuelvo a Argentina, estaba contento y entendí que en ese momento había tocado fondo el país. Sentía que se podía ir para arriba, crecer y ser un país de proyección, me equivoque. Sin embargo, no todo es perfecto, Canadá tiene parte de su historia repudiable, hasta los años 60, había una discriminación tremenda en muchísimas cosas. Hoy día hay intentos desde distintos aspectos de reivindicación y disculpas hacia la comunidad aborigen, tiene mucha vigencia sobre cómo fueron tratados hace años atrás; y realmente Canadá no era un gran ejemplo. Argentina, hace 100 años atrás, era un ejemplo en millones de cosas, desde su economía a sus derechos y libertades, era un verdadero país evolucionado y progresista (en el buen sentido de la palabra y no como es utilizada hoy día). Pero hay una diferencia trascendental, los países como Canadá reconocen los errores y trabajan verdaderamente en corregirlos. Argentina, si bien tiene muchísimas políticas de inclusión, se quedó en la utilización política, desvirtuando continuamente y en constante mentiras, cuando veo lo que dice y hace la clase política en Argentina me da bronca y angustia, no puedo entender como la mentira y el engaño puede ser aceptado y adoptado tan impunemente.

Una vez que volví a Argentina en el 2003, siete años después me casé y con mi esposa Betina Bacari teníamos en carpeta la posibilidad de irnos. La decisión lleva tiempo cuando uno tiene que buscarla. Empezamos a buscar distintas alternativas: en el 2014 nos llegó cierta propuesta de que había una chance de conseguir un trabajo en el norte de México, viajamos, conocimos, nos gustó pero finalmente no salió… Después de eso, yo termino de trabajar en una empresa de electrodomésticos después de muchos años y ahí fue el empujón para seguir pensando en irnos. Viaje a Panamá para ver alternativas, tampoco conseguí alguna y evaluamos nuevamente Winnipeg, para volver a Canadá. En 2015 me pongo en contacto con la comunidad de acá y empiezo a indagar… En 2017, avanzaron mucho las cosas y llega un momento donde la gente de Canadá me avisa que van a cambiar los requisitos y se va a poner más difícil el proceso de inmigración. Ahí le dije a mi señora: ‘Vamos, conozcamos y viajemos’. La llevé casi obligada, ja. Ese posible cambio de país no era una decisión que quería tomar solo. Si bien ella se resistió, finalmente compré pasajes y vinimos. Tuvimos un viaje exploratorio, que en el proceso de migración es obligatorio hacerlo, es un requisito de la provincia. Vinimos para acá, dejamos a los chicos en Argentina con mis padres y suegra y estuvimos 10 días de viaje.

¿Qué es un viaje exploratorio?

Lo que uno tiene que hacer es conocer y contactarse, porque el último día de ese viaje tenés la reunión con un oficial de migraciones que te conoce y después de eso es cuando te invitan para que apliques al programa. Uno tiene que ir, conocer, demostrar que generó conexiones, que indagó las posibilidades de vida en la provincia y establecer una red de contactos. En esa entrevista, si bien teníamos que demostrar todo eso, mi señora le preguntaba a la de migraciones cosas del lugar. ¡Y eso justamente es lo que no hay que hacer! Pero cuando las cosas se tienen que dar, se dan. Finalmente estuvo todo bien…

Y después volvieron a Argentina: ¿Cómo fue el proceso de espera?

Cuando volvimos a Argentina después del viaje exploratorio estuvimos esperando un tiempo. A los dos meses, me llega una carta que me invita a aplicar y tenés que reunir los requisitos que te piden. Por suerte, mi esposa y yo cumplíamos con los requisitos para aplicar, pero ella estaba reacia así que la aplicación la hice yo. Preparé la documentación, aprobé el examen de inglés que había que rendir para vivir allá y mande todo al programa provincial. A los dos meses, me llega la confirmación de que fuimos aprobados por Winnipeg. Encima, la fecha de esa carta era la misma que el día de mi cumpleaños. Fue muy movilizante eso para mí. Con esa aprobación, ahora tenía que hacer la aplicación al programa federal. Ese es un proceso largo: uno lo manda y puede esperar hasta 2 años. Eso genera ansiedad e incertidumbre. En determinado momento, me llega un avance que tengo que hacer los pagos de las solicitudes. Es decir, pagar la solicitud de la residencia. Es pagar para que evalúen mi caso. Eran 1500 dólares. Entonces, ahí le dije a mi señora: ‘Mirá, hasta acá llegamos. Ahora, si pago, vamos para adelante. Yo quiero seguir adelante y la decisión es tuya… pero sabe que, si yo pago, es para irnos a Canadá’. Y ella me dio el OK. Hice el pago y de nuevo a esperar. Finalmente, casi un año después, nos llegó el pedido de los estudios médicos, mandamos la información y nos pidieron los pasaportes… Luego de eso, nos pusieron una visa para poder viajar. Todo resumido en un párrafo parece una pavada, pero en el tiempo que uno está esperando y que no tiene la certeza que será aceptado las cosas no son tan divertidas…

El 27 de octubre del 2019 nos fuimos de Argentina, y cuestión del destino (sin planearlo) era el día de las elecciones generales, en la vorágine me hice un tiempito y me fui temprano a la escuela a cumplir mi deber cívico y votar, y subiendo al avión nos enteramos de la victoria de los Fernández. Nos sentimos como en una película que el avión despega y abajo se empieza a incendiar todo… Y llegamos a Winnipeg. Es una ciudad muy linda, muy fría y con un invierno largo y un verano hermosísimo. Vendimos y regalamos todo lo que pudimos en Buenos Aires, nos vinimos con 12 bultos (entre cajas y valijas) para toda una vida de 5 personas. Llegamos de noche y nos recibieron unos argentinos de la comunidad latina y de la comunidad judía de manera excelente sin conocernos: nos fueron a buscar, nos llevaron camperas y nos dejaron en la casa donde fuimos las primeras noches, nos dejaron preparada una caja con té, café, queso y pan para desayunar. Y ahí empezamos: las primeras semanas fueron muy intensas, nos vinimos con tres chicos chiquitos: 2, 5 y casi 7 años. Al principio, uno está todo el tiempo con ellos, porque todavía no había colegios para ellos porque primero queríamos conocerlos y lleva tiempo. Los primeros 2 meses fueron especialmente difíciles y estresantes, más de lo que habíamos imaginado…. era ir consiguiendo cosas de a poco: muebles, auto y demás.

Me fui de Argentina, enojado… Y lo sigo estando…. ¿Por qué tuve que irme? Nadie me obligó, pero la realidad me llevo a el hecho de pensarlo desde diría el 2005 cuando vi que nuevamente se estaba desperdiciando una oportunidad histórica de proyectar un país serio e integro a mediano y largo plazo y se priorizo la falsedad y la visión a corto plazo. Más allá de  la experiencia de ir a vivir a otro país que tenía en mi adolescencia, a fin de cuentas, me hubiese gustado no tener que pensar en irme, y en que las cosas funcionen en Argentina. ¿Por qué dejar a mi familia, amigos y todo lo que construí en casi 40 años? Me da bronca que se hayan hecho las cosas mal durante tantos años. Pero ese ambiente toxico me hacía mucho daño y más temprano que tarde me iba a terminar estrellando…

Luciano Malewicz

¿Cómo consiguieron trabajo en Canadá?

Al inicio, hicimos algunos programas orientativos para inmigrantes y empecé a armar una red de contactos. Esos programas el mismo gobierno los financia para que ayuden a los inmigrantes. Te capacitan, te explican un montón de cosas y te enseñan cómo es el sistema de búsqueda de trabajo… Acá eso es muy complejo. Nosotros estamos acostumbrados a tener un buen currículum y mandarlo, eso acá no existe: acá vos tenés que hacer un currículum para cada posición que querés aplicar. Tenés que armarlo de acuerdo a lo que ellos están pidiendo y lleva horas, con lo cual en un dia con suerte pudiste hacer 1 o 2 aplicaciones y se calcula en promedio que uno consigue una entrevista cada 40 aplicaciones…

Luego, vino la pandemia. Ahí nos tuvimos que encerrar un par de semanas. Igualmente, Winnipeg es una ciudad muy abierta, nunca hubo un confinamiento. Pero sí se cerró prácticamente todo, entonces no había muchas cosas que hacer. Eso duró un mes y pico. Mal momento para encontrar trabajo ahí. Por suerte, el Gobierno de Canadá empezó a dar ayudas importantes. Mi esposa había comenzado a trabajar de maestra jardinera y yo comencé a hacer supervisión de comidas. Como justo empezamos a trabajar de forma circunstancial, aplicamos para las ayudas del Gobierno. Mientras, seguíamos buscando, hasta que llega agosto del 2020 y estoy desesperado. Apliqué a un montón de trabajos y no me salía nada. Mi proyección era conseguir un trabajo a los pocos meses, pero no encontraba. Mientras tanto, empecé también a hacer reparto de comidas con el auto, para tener movilidad y hacer algún mango. Y me contacté con un señor que estaba buscando un cerrajero. Y empiezo a aprender de eso: como cambiar la cerradura, como abrir una casa, un auto… Y comienzo a trabajar de eso. Es un trabajo que estás en guardia permanente y muy sacrificado. Te pueden llamar en cualquier momento y en el invierno estas afuera con -40º. Mi señora después quedó en la base de datos del Gobierno de la Ciudad de Winnipeg, para ser maestra sustituta de jardín y de primario. Además, también consiguió trabajo en el Gobierno de la Provincia en el vacunatorio. Es decir, ayuda a la gente que va a vacunarse. 

¿Pensaron en estudiar?

Nos dimos cuenta cuando empezamos a buscar trabajo, vincularnos y demás que nuestros títulos, si bien nos ayudaron para conseguir la residencia, una vez que uno está en Canadá, generalmente, mucho no les importa y es bueno tener algún cursito o certificado de aca. Hoy Canadá tiene el 25% de la gente menor de 50 años inmigrante de todos los países del mundo, con lo cual hay miles de instituciones en todo el mundo y es imposible reconocer a todas. De todas formas, empezamos a ver con mi señora que necesitábamos hacer algún curso o terciario que nos abra más las puertas. Y yo soy muy multifacético, hice de todo: estudié economía, fui a un secundario industrial y siempre me gustó mucho la aeronáutica entre otras cosas. Winnipeg es un centro aeroespacial de Norteamérica y hay un programa que es orientativo técnico para lo que es mantenimiento de aeronaves o fabricación de piezas. Me anoté, quedé seleccionado y mi trabajo de cerrajero me permitía tener esa flexibilidad horaria para realizarlo. Lo terminé finalmente el mes pasado. Apenas terminé el curso, me llegó una propuesta laboral del Gobierno de la Provincia en la parte de administración, en lo que sería cuentas a pagar de proveedores. No tiene nada que ver con la aeronáutica, pero se dio justo la casualidad que terminé el curso y me llegó la propuesta y la acepté. Mi señora, por otro lado, consiguió un subsidio del Gobierno para estudiar algo que esté relacionado con una carrera que hizo en su país de origen. Tipo continuación. Y está haciendo algunas materias de la carrera de Recursos Humanos.

¿Qué es lo que más se extraña en Argentina? ¿Tenés pensado volver?

Mi señora extraña todo. Yo ya tuve una experiencia de extrañar mucho al país. Yo particularmente extraño mucho la carne (acá es demasiado cara y no tan rica), a mis padres, amigos, familia… Pero me fui tan estresado y saturado del país que no más que eso. Por ahora, no tengo pensado volver. No tengo expectativas de que el país tome el rumbo que entiendo debería tomar y aunque lo haga mañana llevaría décadas ver los resultados, me da mucha pena porque tiene el potencial de ser de los mejores países del mundo, pero queda solo en el potencial. Igualmente, uno nunca sabe al final las vueltas y las circunstancias de la vida, nunca es una palabra que no me gusta utilizar, pero hoy lo veo casi imposible….

¿Cómo es ser un argentino en el exterior?

En Canadá, no te sentís extraño. Capaz en otros países sí. Es ser uno más y vivir con tranquilidad: sin complicaciones externas. Acá no me da miedo pensar en emprender algo, no sé si lo hare, pero al menos puedo pensarlo, el 90% depende de uno y el 10% de los factores externos, creo que ahí es lo inverso…

¿Qué le dirías a cualquier persona que quiere emigrar y quizás no se anima?

Yo amo Argentina, aunque esté enojado con ella. Sé el potencial que tiene, es desaprovechado y por eso estoy de esta forma. Mucha gente leerá este articulo y se enojará conmigo porque no le peleo allá y pueden opinar que soy un antipatria, pero es como dije antes: lamentablemente llega un momento en donde uno tiene que pensar lo mejor para su familia y sé que allí no lo iba a ser para mis hijos, ni para mi esposa ni para mí a veces pensaba cuando estemos en edad de retiro, ser un jubilado allá en 25 años me aterraba y no lo digo solo desde lo económico. Nosotros buscamos, vimos una oportunidad y tomamos la decisión de no dejarla pasar El que tiene pensado emigrar, le diría que lo haga. Que no lo piense y que lo haga. Que tendrá altibajos, como todo, que sea fuerte, pero por ejemplo acá el 95% o más de los que se fueron de Argentina, no volvieron y eso es por algo (y mira que hace frio en serio, nadie viene a Canadá por el clima, pero hay cosas que pesan aún más). Uno entiende que se puede vivir mejor. En argentina se está anestesiado vivimos enroscados en conflicto y no nos damos cuenta lo mal que innecesariamente vivimos, no somos conscientes de eso. No digo que en Canadá sea todo color de rosas, hay muchas situaciones difíciles, pero uno no está maltratado cotidianamente. Que junte las fuerzas, tal vez sean procesos largos, pero le diría que lo haga si siente que puede estar mejor afuera seguramente finalmente lo estará. Si piensa en un país de Sudamérica que consiga un trabajo y se vaya, los papeles vendrán después, pero si piensa en otro país es al revés, que primero consiga los papeles y luego se vaya, el trabajo vendrá después…

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