Daba clases a chicos de zonas rurales de Santa Fe en un vagón móvil.
La historia de Ángela Peralta Pino es una historia de vocación, carácter y determinación. Nacida en 1909 en la localidad de Providencia, Santa Fe, dictó clases durante 22 años en un vagón de tren móvil, llevado de un lugar a otro por tractores en zonas rurales del pueblo. De esa forma, Ángela se ganó el seudónimo de maestra caracol, docente de la escuela rural móvil N° 942.
Sus inicios en la docencia se remontan en la ciudad de Rafaela, donde descubrió su gran vocación de enseñar. Se dirigió a los lugares más alejados del norte de Santa Fe, donde daba clases a niños y adultos que residían en estancias de la zona, logrando alfabetizar a muchas personas que no tenían acceso a establecimientos educativos.
La escuela rural que dirigía se mantuvo activa por 22 años, para luego, más precisamente en 1982, convertirse en un museo ubicado en la ciudad de Tostado. Allí, se pueden ver imágenes tomadas por la misma maestra caracol, en las que plasmó su experiencia pedagógica en 250 fotos. Una parte de esas imágenes las reunió y restauró el fotógrafo Fernando Raber como parte de un capítulo de un fotolibro.
Sobre esta historia, cabe destacar la incidencia que tuvo en el presente. Actualmente, en Santa Fe, las primeras escuelas en volver a dar clases presenciales en pandemia fueron rurales. Esto denota el compromiso y el legado que dejó la maestra caracol en la provincia y, sobre todo, en esas zonas donde a veces puede ser muy dificultoso acceder a cuestiones básicas como la educación escolar.