Su historia fue un suceso viral que conmovió al país en 2016. Efraín Delgado, aquel nene perteneciente a la comunidad qom de Pampa del Indio, ya es un jovencito de 17 años que acaba de terminar la escuela secundaria. Y hoy, como hace cinco años, la foto con su abuelo vuelve a emocionar.
“Estoy muy contento. Acá en el campo las cosas no son fáciles. Las distancias y estar sin señal en el teléfono complican mucho”, cuenta Efrain. Esas no fueron las únicas dificultades que tuvo que atravesar: la falta de conectividad en medio de la pandemia de coronavirus le hizo más difícil el camino. Aún así, siguió adelante y logró sus objetivos.
Desde que tenía seis años y comenzó a asistir a la Escuela de Educación Primaria N°239 “Pedro Inchausp”, situada a la vera de la Ruta Provincial N°3, Efraín recorría seis kilómetros a pie desde su casa del lote 29 de la colonia agrícola Pampa Chica. No estaba solo: su abuelo Ángel lo acompañaba cada día y luego se sumó su hermana Celeste, un año menor. Tras siete años de interminables excursiones sobre un camino de tierra, soportando las inclemencias del tiempo y las ampollas en los pies, Efraín se convirtió en el primer integrante de su familia en completar los estudios primarios. Ese día, Hugo Baricheval -su maestro- le entregó el diploma de abanderado.
Corría diciembre de 2016 y aquel chico de infancia humilde en el campo no pudo contener las lágrimas. Su abuelo tampoco. El momento quedó inmortalizado en una foto que fue replicada por decenas de miles de usuarios en las redes sociales. “Me emocioné porque logré lo que quería desde hace mucho: terminar la primaria. La secundaria va a ser más difícil porque queda más lejos, a ocho kilómetros”, decía Efraín, que en aquellos días de notoriedad tenía 12 años.
River, club de sus amores, le permitió a cumplir un sueño: conocer el estadio Monumental y pelotear con su ídolo, Lucas Alario. Pero el fútbol le abrió más puertas: la historia emocionó también a Juan Sebastián Verón, emblema y actual presidente de Estudiantes de La Plata, que le regaló dos bicicletas. Efraín finalmente se fue de Buenos Aires como llegó: con pocas palabras y muchos sueños.
Efraín Delgado terminó el colegio con las mejores notas y repitió la escena con su abuelo
Pasaron cinco años y, esta semana, este jovencito de 17 años finalizó sus estudios en la Escuela Secundaria N° 159, un precario establecimiento en el paraje rural Campo Medina, ubicado en los alrededores de la ruta que une Pampa del Indio y General San Martín. Nuevamente fue el mejor alumno y repitió la foto con Ángel, al que hoy supera en estatura.
“No me sacaron tantas fotos como cuando terminé la primaria. Esa vez fue como ser famoso por unos días, ¿no? Ahora hubo gente que me llamó y me felicitó”, cuenta. Por la pandemia, los últimos dos años de cursada fueron difíciles. “Una vez por semana, los profesores nos dejaban la tarea en la escuela. Teníamos que ir a buscarla y, después, entregarla”, es su síntesis de aquellos días sin presencialidad. “Acá en el campo casi no llegó el coronavirus, pero en el pueblo (Pampa del Indio) sí. El mayor problema siempre es que no hay señal y no funciona el WhatsApp. Ahora puedo hablar porque justo me vine para el pueblo“, retrata.
“Por suerte, mi abuela Herminia me pudo regalar una moto con lo que fue ahorrando de su pensión, así que dejé de ir caminando a clases”, se emociona el adolescente.
A la Escuela 159 asisten 134 alumnos, la mayoría pertenecientes a la comunidad Qom. “Nuestra escuela es precaria. Es un edificio viejo prestado por la primaria que está al lado. Este año se autorizó la construcción del edificio, pero todavía no han comenzado“, detalla la directora en charla con este medio. “En estos años de pandemia fue difícil, ya que no hay conectividad en la escuela ni en la zona. No hay señal de celulares y eso fue muy dificultoso”. continúa.
La directora cuenta que si bien la pandemia atravesó a todos, “a nosotros en particular nos movilizo muchísimo”. Y profundiza: “Fuimos durante 2020 y 2021 a dar clases y llevar material de trabajo a los alumnos. Nuestra realidad es muy diferente, pero no perdimos el contacto. Siempre estuvimos presentes a pesar de las dificultades”.