Mientras en el país rige un confinamiento estricto, Henry Von Wartenberg dejó su casa en Tigre para recorrer los 6.000 kilómetros que separan San Francisco de Nueva York. A casi un mes de haber partido, ya en la mitad de su travesía, comparte imprevistos y aprendizajes.
Henry llegó a Estados Unidos el 21 de abril. Luego se trasladó en un vuelo interno con su bicicleta hasta California donde, tres días después, dio por comenzada su travesía. “Es de alta exigencia lo que estoy haciendo. Para eso me estuve preparando muchísimo. Yo no vengo del mundo de las bicicletas: mi deporte es el running”, dice.
Como a muchos corredores, el año pasado, la pandemia lo obligó a interrumpir su rutina. “Yo vivo en Tigre y, en plena cuarentena, se pusieron bastante ásperos con los controles. No te dejaban ni salir a caminar por la vereda. Pero si lo hacías en bicicleta, no te decían nada. Empecé a salir tres o cuatro veces por semana y pedaleaba hasta La Boca, que son 80 kilómetros, y así fue que se me ocurrió encarar este proyecto”, dice acerca de su viaje y de los dos libros en los que está trabajando: uno con el registro de su recorrido desde San Francisco hasta Nueva York; y otro en blanco y negro, que tendrá una curaduría artística.
“Algo que pregono todo el tiempo es: ‘Travel light, travel happy’. Es decir: ‘Viajá ligero, viajá feliz’. Ese si querés es el lema de todos mis viajes. Sobre todo en este que es en bici. Es increíble como a lo largo de estas cuatro semanas me fui aligerando aun más. Muchas cosas que tenía en la mochila se las fui mandando a un amigo mío que vive en Miami”, dice Henry.