A Ben Lovell, de 42 años, nunca se le había ocurrido encarar un desafío tan grande como escalar una montaña, hasta que tuvo que superar otro gran desafío.
En 2017 le amputaron una pierna por un coágulo de sangre, situación que lo hizo replantearse qué hacer con su cuerpo. Es por esto que decidió comenzar a escalar, primero pequeñas pendientes, hasta llegar a los picos más altos de Inglaterra.
Con la prótesis, puede avanzar por 20 minutos sin parar, cerca de un kilómetro y medio, debiendo parar para descansar.
Conquistó lugares como el Hevellyn en Distrito de los Lagos en siete horas, el Scafell en nueve o el Scafell Pike después de otras 11 horas de caminata.
