Quienes cursan el tercer año de la Tecnicatura Superior en Ecología Urbana, del Instituto Multiversidad Popular, se encuentran desarrollando una experiencia inédita en el barrio Alberto Fernández, mediante la puesta en marcha de líneas de acción para la constitución de un barrio ecológico, que sería el primero en su tipo en la capital provincial y cuyo modelo podría replicarse en otros puntos.
En diálogo con La Voz de Misiones, Raúl Aramendi, quien es fundador y rector emérito de la institución, comentó que “la práctica de los estudiantes permite incitarlos a que, en unión con las poblaciones del barrio, se avance en la ecologización de todas las actividades que se realizan, desde la recolección de residuos, la ornamentación de jardines y el manejo de la forestación”, entre otros aspectos.
Al respecto, enfatizó que “absolutamente todas las actividades que el ser humano realiza en su hábitat son propensas a ser ecologizadas en caso de que desarrollemos una política de ecologización de nuestra vida, del lugar donde habitamos nosotros” y refirió que las prácticas profesionales no solamente se vienen realizando en Posadas, sino también en otras localidades como Gobernador Roca y Jardín América.
Al considerar la esencia de la iniciativa, analizó: “En este caso el ecosistema es urbano, luego podemos observar distintos tipos de actividades que tienen íntima relación con esta ecologización urbana. En agroecología centralmente hay ecologización a nivel agrario, pero muchas de las actividades, de las propuestas de las técnicas y metodologías que se usan en el agro también pueden usarse en la ciudad. Más las propias de la ciudad”.
La iniciativa comenzó a desplegarse la semana pasada en la zona sur de Posadas con el registro de datos para un primer diagnóstico, posterior evaluación y definición de líneas de trabajo con el fin de “dotar el espacio de sostenibilidad social y ambiental”, como adopción de un modelo sustentable tras el estudio de experiencias similares que se dieron tanto a nivel nacional como internacional.
Por su parte, el coordinador de Ecología Urbana, Marcelo Titschkowski, profundizó “la idea es que los estudiantes recaben datos e identifiquen en el territorio la estructura socio económica, edilicia, de servicios, entre otras cosas, y, en base a ello, definan qué aspectos y cómo deben considerarse para acompañar su crecimiento y desarrollo de manera sostenible, mejorando la calidad de vida”.
De esta manera, la Tecnicatura en Ecología Urbana promueve ciudades con enfoque en la preservación del ambiente, lo que específicamente “implica el uso eficiente de los recursos, la reducción de emisiones de contaminantes, la promoción de la movilidad sostenible, la gestión adecuada de residuos, la protección de áreas verdes y espacios públicos, entre otros aspectos vinculados a la cotidianeidad de los habitantes y al cuidado de la naturaleza y el entorno”, según explicó el coordinador.
La elección del barrio
Aramendi señaló que “el barrio Alberto Fernández está en una de las zonas que presenta las mejores condiciones a nivel de conciencia poblacional, como también la disposición físico química del lugar. Por ejemplo, la proximidad del barrio Néstor Kirchner con pequeños productores agrarios que lindan con el lugar, esta relación con esos productores cercanos también potencia y acelera la ecologización del barrio”.
Al respecto, recordó que en el barrio funcionan cooperativas de los propios habitantes, comedores y distintas experiencias vecinales, colectivas e institucionales, que interactúan con la iniciativa de la institución educativa.
Para finalizar, reconoció que, si bien es una experiencia piloto, “previamente fue comprobada en muchos otros lugares del país, el continente y el resto del mundo. Por lo tanto, nos parece que va a producir un impulso interesantísimo a la hora de ir ecologizando la ciudad de Posadas que tiene varios temas importantes a atender para que podamos tener una mejor vida en la ciudad”.
Otras experiencias
Hace al menos nueve años atrás, se conoció el caso de Prados del Sol, una comunidad sustentable emplazada sobre un campo de 70 hectáreas en la localidad bonaerense de Tornquist, a ocho kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Este barrio se abastecía con energías renovables y construcciones bioclimáticas, desafiando de esta manera la crisis climática que atenta contra el planeta.
En el lugar, gestionado por vecinos, se podían encontrar decenas de casas de lo más variadas, desde earthships (construcciones hechas con materiales reciclables, como neumáticos, e invernaderos para regular la temperatura), hasta casas desmontables y otras hechas con materiales como paja y barro.
A su vez, las viviendas se autoabastecían con agricultura orgánica, huertas, árboles frutales y compost propios, eficiencia energética a partir del uso de las energías renovables, el aprovechamiento del agua y la gestión de sus propios residuos.
Experiencias similares se replicaron en al menos 15 barrios dentro de la provincia de Buenos Aires y a nivel internacional en Perú, Colombia y Chile, mediante ecoaldeas inspiradas en construcciones ecológicas, presentes en el ADN de las comunidades sostenibles indígenas.