Estaba internado e hizo un streaming desde el hospital: la historia de Axel

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Axel tiene 16 años y en septiembre de 2021 le diagnosticaron un osteosarcoma en la rodilla. Sus pasiones y cómo salió adelante

Axel Vega, de 16 años, hizo una transmisión en vivo desde su canal de Twitch, mientras permanecía internado en un hospital de la provincia de Mendoza. En septiembre del año pasado su vida dio un giro rotundo cuando le diagnosticaron cáncer óseo en la rodilla, y después de viajar a la capital mendocina para analizar los pasos a seguir, se sometió a una cirugía donde le extirparan el tumor. Vive junto a su familia en San Rafael, y tanto sus padres como sus hermanitos se adaptaron a la nueva rutina, que incluyó trasladarse más de una vez por mes para seguir con el tratamiento y controlar su estado de salud.

En el video que se hizo viral, el adolescente charlaba con sus seguidores como cada vez que hace directos, y desde la camilla se puso a pensar por cuántos pinchazos pasó en los últimos 12 meses. La cuenta empezó a subir con cada recuerdo de las veces que le colocaron la vía intravenosa para recibir quimioterapia, la de los análisis de sangre para monitorearlo, la de las vacunas para elevar los glóbulos rojos tras la quimioterapia, y también las transfusiones de sangre. “Son 61 ya en total”, resumió en ese momento, pero enseguida, sin perder la sonrisa, rescató: “Tengo varias marcas en las manos, pero en el cuerpo no, así que no me quejo”.

Aunque está en plena adolescencia, su madurez y resiliencia superan ampliamente la edad que dice su documento. Durante la charla con Infobae, rememora el impacto que sintió aquel 23 de septiembre de 2021 cuando fue al médico acompañado de su mamá y la resonancia arrojó un resultado completamente inesperado. “Un día llegué a mi casa y me dolía la rodilla, pero algo que me parecía normal, como cuando tenés un moretón; incluso durante varias semanas jugué a la pelota, fui a la escuela en bici, y podía tolerar la molestia, hasta que empezó a aumentar el dolor”, relata.

Axel junto a sus padres, Jésica y Ricardo, en una de las internaciones. “En el 2020 toda mi familia había tenido coronavirus, y mi mamá tuvo que estar en el hospital con mi abuela, que se recuperó, pero después falleció mi bisabuelo”, cuenta el streamer en diálogo con Infobae

Axel junto a sus padres, Jésica y Ricardo, en una de las internaciones. “En el 2020 toda mi familia había tenido coronavirus, y mi mamá tuvo que estar en el hospital con mi abuela, que se recuperó, pero después falleció mi bisabuelo”, cuenta el streamer.

“Me hicieron una resonancia para ver si tenía algo, y de la nada salió que tenía un osteosarcoma. El doctor me dijo que tenía cáncer y ahí se me vino el mundo abajo”, confiesa. Pero eso no fue todo, sino que además las palabras que salieron de la boca del profesional lo derrumbaron aún más: “Me dijo que posiblemente me iban a tener que amputar la pierna, y soy de las personas que si un sábado a la tarde estoy aburrido voy a jugar a la pelota, me gusta también educación física, y por eso me dije a mi mismo: ‘¿Justo me viene a pasar esto?”.

Sus padres, Ricardo -empleado municipal- y Jésica -quien trabaja en casas de familia y también es peluquera-, decidieron seguir el consejo de viajar a la ciudad de Mendoza para buscar una segunda opinión. “Primero fuimos al Hospital Humberto Notti, pero ahí era hasta los 15 años el límite y yo los había cumplido hacía más de seis meses, entonces no podían aceptarme, pero la doctora de ahí nos derivó a otra, que es la oncóloga que tengo hasta hoy en día”, explica Axel. En este sentido, el joven cuenta que en muy poco tiempo se interiorizó en los detalles referidos a su salud y aprendió términos que jamás imaginó incluir en su vocabulario.

“Esa médica se contactó con un traumatólogo que luego vio mi caso, y nos dijo que la amputación era el último recurso a considerar, y nos comentó las otras dos opciones, que incluía la operación y quimioterapia”, narra. Y agrega: “Me sacaron el tumor y me pusieron una prótesis, para que esté intacta la articulación de la rodilla que se había afectado, y por eso ya no me duele”. Desde la cirugía está en tratamiento permanente, y una logística que fueron organizando como familia, para enfocarse en mantenerse unidos para hacerle frente a las adversidades.

“Tengo dos hermanos menores, y los dos van a la escuela: uno está en primer grado, que tiene 6 años, y el otro de 11 está en sexto. Mi mamá se tiene que ir conmigo, mi papá también, y ellos se quedan con mi abuela, porque encima nos vamos a Mendoza, que no es muy cerca”, cuenta, y detalla que son tres horas de viaje desde San Rafael hasta la capital. No solo se adaptaron al cronograma de estudios, sino que también recurrieron a la venta de rifas para financiar los traslados, la estadía en un hotel -porque no tienen familiares que los puedan hospedar allá- y los gastos de comida.

 “Hicimos dos rifas hasta ahora, y hemos tenido la suerte de que la gente fue muy buena con nosotros, porque siempre venía alguien que pedía cinco números para repartirlos y así íbamos sumando, pero la verdad fue un cambio de vida total”, confiesa, y asegura que lo mismo sucedió cuando pidieron donantes de sangre. Con humildad y admiración, le dedica a sus papás toda su gratitud por ser su sostén incondicional: “Estoy re agradecido con ellos porque me han acompañado desde que empecé hasta ahora, no me dejaron nunca; incluso cuando estuve internado se quedaban todo el día, firmes al lado mío”.

Celebra que pudo afrontar “el miedo a lo desconocido” a pesar del shock que sintió cuando entendió todo lo que se venía, consciente de que hay días mejores y otros peores. “Me pasaba con la tarea por ejemplo, que a veces no quería hacerla y le decía a mi mamá: ‘¿Qué pasa si me muero mañana y lo único que hice fue hacer tarea, en vez de disfrutar, jugar o grabar un video que es lo que a mí me gusta?’”, revela. Conmovido, asegura que la respuesta de su madre lo recargaba de fuerzas, porque Jésica le decía que confíe en que todo iba a salir bien, que mantuviera sus proyectos a futuro y no perdiera la fe en su recuperación.

Axel, de 16 años, junto a sus dos hermanos menores, de 11 y 6

 “Estoy en cuarto año de la secundaria, y ahora dentro de todo me está yendo bien, pero como no podía subir escaleras desde que me operaron de la rodilla y mi aula está en el segundo piso, he estado haciendo todo virtual”, comenta. Y lo invade el optimismo con el que afronta cada batalla: “Me acostumbré y supe sacarle el lado bueno; creo que lo que más me ayudó es que yo soy de hacer chistes con todo, y esa es mi manera de afrontarlo: reírme de lo que tengo, en vez de estar triste”.

Explica, además, que hizo la transmisión en plena internación para distraerse de la frustración que sentía porque los siete días en el hospital habían sido muy difíciles. “Quería estar en mi casa, y estaba permanentemente con pinchazos porque se me salía la vía y me tenían que volver a pinchar; además de que después de la quimio quedo con las defensas muy bajas, y me puede agarrar cualquier enfermedad, hasta una fiebre me puede dejar en cama varios días”, relata. Sobre la evolución de su salud, cuenta que ahora sigue haciendo quimioterapia, pero ya no para la rodilla, sino por unas lesiones que le quedaron en los pulmones.

“Las primeras quimios eran una vez cada 21 días, entonces capaz que estábamos dos días en capital en un hotel, y me volvía hasta la siguiente. Durante una semana no comía nada porque estaba muy débil, después me sentía mejor y otra vez tenía que volver a la quimio, pero por lo menos lo sobrellevaba”, expresa, y aclara que su presente es diferente: “Ahora en las últimas que me hice son siete días seguidos, de lunes a viernes, y recién después me vuelvo a mi casa”.

Los dibujos, otra de las pasiones de Axel: dueño de una gran creatividad, vuelca sus ideas en videos

El streaming y dibujar: sus pasiones

“Cuando empecé a subir videos yo no tenía la enfermedad, y cuando me lo diagnosticaron fue raro porque no sabía cómo contarlo, ni si quería contarlo”, reconoce. Dos años atrás creó su cuenta en YouTube, y al principio la usó solo para ver contenidos, pero después se animó a compartir material propio. “Siempre me gustó, era algo que me entretenía, y empecé a ver varios youtubers y dije: ‘Se ve interesante, voy a probar si me sale’, y hasta ahora sigo aprendiendo”, dice entusiasmado. Menciona dos de sus referentes: Coscu -el pseudónimo del argentino Martín Pérez Disalvo, quien tiene más de 4,6 millones de suscriptores en YouTube- y Momo -así llaman a Gerónimo Benavides, que supera los 1,2 millones de suscriptores en su canal-, y se emociona porque son los primeros streamers que acompañarán a la Selección Nacional en la cuenta regresiva al Mundial en Qatar.

“Me encanta que el mundo del streaming crezca cada vez más. El boom fue en la cuarentena, donde más gente empezó a conocer Twitch, y lo usó en su tiempo libre”, expresa. Disfruta pensar los títulos para sus videos, tratando de que resulten llamativos, y elige una imagen miniatura que también llame la atención, para invitar a que después su público vea el contenido completo. “Hago de todo un poco, por ahí hago un directo que estoy con un amigo hablando, o nos ponemos a ver algo tipo reacción, y sino nos ponemos a jugar a algo”, detalla, y agrega que también le encanta dibujar.

Después de que sus seres queridos supieran que estaba en tratamiento, se lo contó a su grupo de amigos, y por último a la comunidad virtual que lo acompaña. “Lo bueno es que me apoyaron bastante, porque siempre que yo estaba bajón, los llamaba y ellos venían a mi casa y yo ya me ponía feliz de nuevo”, agradece. En especial, realiza una confesión sobre las veces que sus hermanos lo vieron triste. “Traté de no llorar frente a ellos, pero una vez cuando me iba a poner una vacuna no lo pude evitar, y mi hermanito más chico también se largó a llorar, así que intento transmitirles que esto es día a día y que voy a salir adelante”, proyecta.

Axel reunido con sus amigos, a quienes les agradece por el apoyo que le brindaron en todo momento

La próxima semana recibirá los resultados de estudios importantes, que determinarán cómo está de salud. “El 26 de octubre me los entregan, y si sale que ya no tengo nada, ya estaría por terminar el tratamiento”, expresa con la fe intacta, y la sonrisa que está decidido a no perder nunca. Todas las noches a las 22 rezan en familia desde que conocieron el diagnóstico, y se mantienen firmes en ese ritual para darse ánimos mutuamente. Axel tiene varios anhelos, pero al preguntarle qué es lo que más quiere hoy, responde: “Mi sueño es terminar de estudiar, y en un futuro si me va mejor con YouTube y Twitch, seguiría con eso en vez de trabajar de otra cosa, y sino, también me gustaría estudiar Ingeniería en sistemas”.

FUENTE: INFOBAE

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