En 2011, Nicolás Drucaroff trabajaba como fotógrafo de modas cuando, en medio de una tormenta eléctrica, un rayo le cayó sobre la nuca y debieron hacerle maniobras de RCP durante 12 minutos para resucitarlo. Tras su internación en terapia intensiva, que duró 12 semanas, entendió que debía darle un giro rotundo a su vida para dedicarse a algo que verdaderamente lo gratificara.
Varios años después, la cuarentena por la irrupción del coronavirus lo obligó a buscar alternativas para trabajar en pleno parate. Fue entonces que estudiando alternativas para el cultivo de cannabis descubrió un hongo llamado trichoderma, muy beneficioso para el cultivo de plantas, pero muy malicioso para el cultivo de hongos exóticos gourmet.
“Me llamó poderosamente la atención este reino que para mí hasta ese entonces era desconocido. Me absorbió completamente el interés y cambié de rumbo inmediatamente. Empecé a profundizar sobre esa familia de hongos que se llama saprófitos, que son especialistas en transformar la muerte en vida, y me sentí inmediatamente identificado”, contó Drucaroff, en diálogo con TN.
Lo que rescata es que ese descubrimiento le permitió unir pasiones. “Pude converger mis dos funciones, de fotógrafo y de cultivador, para transformarme en un emisor del reino con el objetivo de expandir los límites”, explicó.
Hoy, el exfotógrafo de modas es conocido como funginistay se dedica al cultivo artesanal de hongos exóticos, gourmet y medicinales. Incluso brindó días atrás una charla sobre el tema en TEDxRío de la Plata. “Ellos se encargan de reponer y mejorar todo el daño producido por el humano, por eso me siento en sintonía”, aseguró.
El accidente que lo llevó a redefinir su vida
Drucaroff no recuerda de forma traumática el accidente que sufrió en 2011, sino como una experiencia transformadora. “Me cayó un rayo en la nuca y me bajaron muerto de una grúa, pero me resucitaron luego de 12 minutos de RCP. Estuve 12 semanas en terapia intensiva y luego de esas 12 semanas interpreté la señal: estaba exponiendo mi cuerpo, mi tiempo y mi alma a una actividad que ya no me gratificaba más allá de lo económico”, contó.
Pero fue la cuarentena la que le dio la posibilidad de reconvertirse. “Todo el mundo se quedó sin trabajo. Y la fotografía fue especialmente vapuleada, porque las producciones de moda convocan muchas personas y estaban prohibidas las reuniones. Entonces transformé una habitación de la terraza de casa en un estudio y empecé a llamar a los clientes para avisarles que podíamos seguir haciendo esas fotos, pero estaba todo parado, no se vendía nada, nadie quería hacer una foto. Así que aproveché el tiempo para investigar qué tipo de actividad me podía servir, tanto para tener una gratificación económica como de vida”.
Para Drucaroff, la pandemia se transformó así en una toma de conciencia. “Muchos empezamos a entender que no estábamos haciendo las cosas bien y que había que cumplir un rol fundamental para tener una actitud más grata con el ambiente, porque el ambiente se estaba quejando del modo en que nos estábamos comportando los humanos”.
El exfotógrafo de modas interpretó lo que sucedía como el mensaje de que “había llegado un nuevo depredador al último eslabón de la cadena alimenticia y el humano pasó a ser víctima de un ser que se comportaba de esa manera por el modo que se había comportado con el planeta”.
“En esa conciencia, tanto a nivel salud física, a través de la alimentación, o de la salud psíquica, a través de la mente, la recomposición del planeta viene de la mano de los hongos, que se están encargando de recuperar mucho del daño”, aseguró.
Descubrir el cultivo de hongos como una reparación
Según dijo Drucaroff, “estaba cansado ya de la actividad de fotógrafo de moda”, pero necesitó de una señal para darse cuenta. “Cuando encontré estos hongos me volvió a nacer la pasión por la fotografía. Quise conseguirlos para poder fotografiarlos y era imposible. Así que me focalicé en cómo producirlos y fue cuando me transformé en un cultivador de hongos. Cuando empezaron a salir fue algo realmente increíble. Me sorprendió muchísimo”, recordó.
“Descubrirlo me transformó completamente porque los saprófitos no solamente transforman la muerte en vida, sino todo lo que está a su alrededor. Son un poco como el agente recomponedor del ecosistema, Son como el hígado del ecosistema. Se encargan de reponer y de mejorar todo el daño producido por el humano, por eso me siento en sintonía con este mundo. Me siento parte de él”, explicó.
En Funginista se dedican al cultivo de hongos exóticos, gourmet y medicinales, que venden al público en general y a restaurantes y emprendimientos gastronómicos. Se dedican a los saprófitos, que es la familia con la que Drucaroffen se siente identificado, de la que cultivan entre 11 y 15 cepas diferentes, con distintas características y efectos medicinales.
Una de ellas es lamelena de león, que “genera un beneficio mental gracias al mantenimiento de la mielina”, ideal para la inteligencia cognitiva, y “tratar males neuronales como el Parkinson o el Alzheimer, con resultados muy positivos”. También cultivan Cordyceps militaris “que tiene beneficios a nivel físico, con un incremento de la resistencia gracias a la oxigenación de la sangre, además del fortalecimiento de la barrera inmunológica”; y el reishi, “uno de los más famosos, que se encarga de mantener elevado el sistema inmune gracias a producir un descanso y un sueño profundo para la gente con insomnio”.
Todos los productos adaptógenos que comercializan en Funginista son cultivados desde la espora hasta el producto final, producidos en su laboratorio, pero también abastecen a la industria gastronómica con el fruto fresco.
Si bien por el momento solo venden dentro de país, la idea es comenzar a exportar en breve, porque “el interés de los hongos en este momento está en boga y todo el mundo está atento a los beneficios que se pueden adquirir”. Para eso, se asoció a un laboratorio de Estados Unidos, que produce bajo las recetas de Funginista y se comercializa tanto en ese país como en el norte de Europa.
“Yo simplemente soy un títere del miselio, que es el que me rige los movimientos y me presenta las situaciones que tenemos que atravesar para satisfacer el objetivo que tenemos en común, que es expandir los límites”, aseguró.
FUENTE TN