Epecuén, bajo el manto de la nieve salada

Historias para contar Slider costado

En la localidad del partido Adolfo Alsina se encuentra un lago cuya agua es semejante a la del Mar Muerto en Medio Oriente.

Los flamencos únicos se pueden ver a la caída del sol

TEXTO Y FOTOS: ALEXANDRA BARRETTO

Carhué está situada a 550 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, es ahí donde se emplaza la laguna de Epecuén, a la cual se puede ir en auto, bicicleta o caminando, ya que se encuentra a tan solo 8 kilómetros de la ciudad turística bonarense..  

Tiene una magia envolvente. Lo que más atrapa es el silencio, huir del ruido de la ciudad, del estrés de la inmediatez. Allí uno se sumerge en el mundo de las caídas de sol que siempre son distintas, de caminar por la carretera sin temor a que pase nada y del ritmo de una vida más lenta, menos obsesiva.

Planificar el viaje es importante, reservé mi boleto de micro el cual partió desde Retiro hasta Carhué. Son 8 horas y sólo tiene una parada en Bolívar. El tiempo se pasa volando. Por esta época hay heladas intensas, pero durante mi estadía hubo días de temperaturas agradables. El pueblo estuvo de fiesta, no suelen estar tristes los carhuenses pero un mes atrás estaban consternados por el aumento de casos del Covid, lo que mermó la visita de turistas. Afortunadamente cambiaron las cosas y hoy los casos bajaron considerablemente, lo que se reflejó en la cantidad de personas y familias que concurrieron a la localidad bonaerense en vacaciones de invierno.

La laguna de Epecuén y las ruinas de lo que fue la ciudad han sido escenario de grandes eventos artísticos; no en vano el video de la canción 100 años de Abel Pintos, tuvo como epicentro este lugar. También el film argentino, Los Olvidados, dirigido por los hermanos Luciano y Nicolás Onetti.

La llamada Eco Playa Sustentable, está a 5 kms de Carhué con un espigón de 40 metros en forma de T que permite lograr las fotos más lindas

Carhué tiene alrededor de 16.000 habitantes, sus calles son limpias, con un ambiente acogedor, donde una gran parte de los lugareños saluda sin conocerte. No hay colectivos, ni semáforos. Las personas no andan apuradas, se toman su tiempo. Los negocios cierran al mediodía y retoman ya entrada la tarde, son fieles tradicionalistas de la siesta como hábito de salud mental.

Su nombre viene de la lengua mapuche y significa: Lugar verde. Cuenta la leyenda popular que esa frondosidad desapareció cuando Epecuén, hija del jefe de la tribu, se enamoró del guerrero Carhué. Éste enfermó y las lágrimas de la joven dieron forma a un extenso lago que la ahogaron a ella misma y lo revivieron a él. Por eso el pueblo lleva el nombre de la mujer y la capital del partido bonaerense, el del hombre. Epecuén, en la década del ’40 era un destino turístico internacional. Se construyeron lujosos hoteles, confiterías, pizzerías y una movida interminable de distracción. Pero en noviembre de 1985, después de constantes precipitaciones, la fuerza del agua rebasó el muro de contención que la separaba del pueblo y éste quedó sumergido. 10 metros de agua lo taparon hasta los años 90.

Una de las características de los habitantes que vivía en este sector es que a pesar de la adversidad no dejaron caer sus vidas. En su gran mayoría se trasladaron a Carhué y empezaron de cero. Así repuntó la infraestructura turística pensada para el disfrute, cuidado la salud mental y física. Es por ello que en el 2014 fue declarado Capital Provincial del Turismo Termal, y séptimo destino más votado por los argentinos.

En enero del 2017 cerca de 2000 personas flotaron sin salvavidas unidas de las manos y de esa forma lograron batir el récord guinness que estaba en manos de Taiwán desde 2014 (634 flotaron en el lago Sun Moon en Taiwán pero con flotadores).

LA MAGIA DEL INVIERNO

No podía perderme eso que tanto habían contado  algunos amigos carhuenses: observar la ‘nieve salada’. El fenómeno ocurre a partir de que el sulfato de sodio presente en el agua en combinación con las bajas temperaturas de la época producen cristales de sal que cubren el suelo de la costa este del lago y se adhieren a las ruinas de lo que fue la ciudad.

“Esto es algo único, lo que tenemos es muy parecido al Mar Muerto, el agua tiene 30 minerales con propiedades que producen bienestar a la salud”, comenta la directora de turismo de Adolfo Alsina, la licenciada Vanesa Nebauer.

Recalca que su objetivo es propiciar el turismo sustentable y de salud. “Los recursos deben ser valorados a través del cuidado del medio ambiente, y haciendo educación sobre ello. La laguna es algo muy importante que tenían los indígenas que habitaron estas tierras y curaban a los animales con el agua; sana muchas afecciones y por eso la debemos preservar. Desde chica tengo amor por Epecuén y me encanta que la gente, los turistas, de manera cuidadosa, puedan disfrutar el fenómeno de la sal. Desde que comenzó a surgir, cada año, se ve un poco más, incrementándose la salinidad, es un espectáculo atractivo; le decimos nieve salada porque tiene cristales más grandes”, reconoce.

Para caminar por el sulfato, utilicé botas de lluvia porque facilitaron mi movilidad

Agrega que en los últimos 6 años el fenómeno es cada vez de mayor magnitud. “Mucha gente se sorprende y además tenemos multiplicidad de atractivos como el turismo termal con agua de la laguna. Los atardeceres, los árboles, las ruinas de Epecuén, únicas, que tienen el color blanco. Estamos en contacto con biólogos y geólogos que están haciendo estudios porque tenemos un agua muy salina. Hay mucho camino por recorrer, este tesoro es único, necesita ser valorado y cuidado. La sal no es comestible, ni tampoco pueden venir y llevarla, es un patrimonio y si todos hacemos lo mismo, sería un impacto en el medio ambiente”.

De a poco, la gente va descubriendo Carhué y Epecuén como lugares para descansar y pasar vacaciones.

“Lo lindo es ese boca en boca que hace que vengan más, especialmente por las aguas termales. Esperamos reabrir el parque termal el próximo verano. Tenemos mucha flora y fauna. Los flamencos, alrededor de 20.000 tipos de aves, que cuidamos minuciosamente”, concluye.

El Matadero es una obra arquitectónica construida por el italiano, Francisco Salamone

Por otra parte, Gastón Partarrieu, director del Museo Regional  Adolfo Alsina, afirma que el fenómeno se podrá seguir viendo durante el invierno. “La costa colmada de cristales enormes, luce como una playa blanca. Las propiedades medicinales del lago Epecuén posibilitaron el desarrollo desde comienzos del siglo XX de la Villa Epecuén, balneario al que llegaban los turistas atraídos por la carga mineral del espejo del agua. El lago es una salina húmeda, el punto final de una cuenca de lagunas encadenadas sin salida, que recibe aportes tanto de esas lagunas aguas arriba o de pequeños arroyos; sin embargo el beneficio más importante de minerales es el dado por los surgentes que los arrastran desde las profundidades de la tierra”.

Caminar sobre esos sulfatos de sodio es una experiencia inolvidable. Usé botas de lluvia porque facilitaron mejor movilidad y aparte no sentí que me hundía. Me atreví a recostarme sobre ella, aguanté frío pero más pudo el deseo de dejarme llevar por la emoción y creatividad. En esta aventura me acompañó, Graciela Arias, una artesana carhuense y además fotógrafa aficionada.

Hay un sentir tan extraño: cada vez que voy, me cuesta regresar, suelo quedarme horas en ese profundo silencio que invita a reflexionar, a mirar más allá de lo que es la vida cotidiana. Ver el atardecer transforma siempre el significado del amor en mi vida. El cielo ofrece un espectáculo donde las nubes se envuelven en colores: sepia, naranja, proliferan los flamencos con su plumaje color rosa.

En la laguna de Epecuén se conjugan los colores más lindos, ningún atardecer es igual

Durante el verano, el panorama de la laguna da un sinnúmero de postales para los amantes de la fotografía y de la aventura, árboles secos y de color blanco por la sal, el fondo yace un barro que también es medicinal.

Otra visita infaltable son las famosas ruinas de Villa Epecuén. Un sitio devastado por las aguas que también es escenario de magníficas postales. El escenario de lo que quedó de aquel lugar fue utilizado hace meses por los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda del Indio Solari, que realizaron un show por streaming, el cual cuanta ya con más de 2 millones de reproducciones y la puesta es escena, diferente y atractiva, llamó la atención de miles que comenzaron a planificar sus viajes para conocer el mítico lugar.

Las ruinas son presencia de lo que un día fue una ciudad, con sus escuelas, hoteles, iglesias, confiterías. Todo que lo parecía un Titanic en su época fue devastado por el agua un 10 de noviembre de 1985.

Epecuén es como un espejo donde la magia de la naturaleza se deja ver

Las ruinas se pueden caminar de punta a punta con un mapa y sin necesidad de un guía. Uno de los sitios emblemáticos es el Matadero Municipal, obra art deco del arquitecto Francisco Salamone. No todas las construcciones se lograron mantener en pie. Hay desolación, pero también en medio de todo esto esta la laguna, como la oleada fresca de positivismo. Por sobre cada construcción hay carteles que explican su historia. Objetos de la época en el piso, botellas, toboganes, ladrillos, azulejos.

Otro atractivo es ‘Playa Eco Sustentable’, en la mejor parte del lago, con energía solar y materiales reciclados; el balneario ecológico permite flotar en sus aguas. Tiene una bomba solar sumergible para extraer agua, paneles solares, baterías recargables solares, luminarias solares de calle.

Cada viaje es único e irrepetible. La laguna tiene una mezcla de misticismo, salud, naturaleza y buena vida. Los invito a vivir esa experiencia inolvidable.

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Graciela Arias

Hermosa nota. Muy bien lograda. Con conceptos certeros. Me encantó.

Graciela Arias

Ojalá tengamos más personas que amén nuestro lago de esa forma. Hermosa nota . Saludos

Dalma Coria

???

Héctor

Hermosa nota, y hermosas fotos