El triatleta argentino que se prepara para competir en un mundial a los 80 años

Historias para contar Slider costado

En marzo Mario Roberto Delpodio cumplió 78, y sueña con competir en el campeonato mundial de triatlón a los 80 años. El encuentro está planeado para 2025, y aunque todavía se desconoce qué país será la sede, se prepara para concretar ese proyecto. Los hábitos saludables y el ejercicio para mantener un buen estado físico forman parte de su rutina desde hace casi tres décadas, y tal como él dice, “se volvió una necesidad”, más que una obligación. Como profesor de historia jubilado, puso en práctica sus conocimientos e investigó todo lo que pudo acerca del deporte combinado que reúne tres disciplinas de forma continuada: natación, ciclismo y carrera pedestre. En diálogo con Infobae, habla sobre los inicios de su motivación, el apoyo de su esposa, sus cinco hijos, y su vida como abuelo de 10 nietos, una familia numerosa donde todos están relacionados a las actividades deportivas.

Mario no tiene celular, y admite con humor: “Me genera algunas complicaciones, pero también me da una tranquilidad diferente”. Desde Mendoza, su provincia natal, revela qué fue lo que lo atrapó de la prueba combinada cuando por primera vez fue espectador de algo que era desconocido para él hasta ese entonces. Por más que ya no ejerce la docencia en las aulas, ni bien empieza a contar sus comienzos hay huellas de su experiencia en las aulas, porque podría dar una cátedra y escribir la historia del triatlón con los ojos cerrados. Sabe todas las fechas, los acontecimientos, los nombres, las ciudades dónde ocurrieron, sin siquiera mirar sus apuntes.

“Me han contactado en su momento en búsqueda de información sobre la historia del triatlón, porque he juntado y escrito sobre el tema”, revela Mario Roberto Delpodio, que es autor de “Historia del Triatlón- El Triathlon una forma de sentir"

Su pasión es el ejemplo de que no por tener una vocación se debe abandonar otra. Pudo amalgamar sus conocimientos y seguir enseñando, solo que sobre otra temática. “Cuando yo me interesé por la historia me encontré con que había dos alternativas: la investigación o la docencia, el trabajo con el alumno en el aula, y aunque no me había hecho el planteo inicialmente, después me di cuenta que evidentemente yo quería ser docente, y llegando a los cuarenta pirulos hubo unos cuantos años que convivieron las clases con el entrenamiento; y aunque se limitaba un poco la cosa, la alternativa era compensarlo dentro de lo posible cuando llegaban las vacaciones, que en general coincidía con las competencias”, explica.

El triatlón nació en la década de los setenta, y tuvo su bautismo fundacional en el Mission Bay Triathlon, en San Diego, California. La difusión masiva se produjo cuatro años después, en el Ironman de Hawái de 1978. A principios de los ochenta se expandió en Europa, Oceanía, Asia y en febrero de 1984 llegó a la Argentina. El “1° Triatlón del Atlántico” se realizó en Mar del Plata; en marzo del mismo año tuvo lugar la segunda competencia en San Isidro en Buenos Aires, y la tercera fue el “1° Triatlón Mendoza”. Cuando empezó a investigar de qué se trataba este desafiante deporte, Mario se sonrío cuando encontró uno de los folletos que repartían en aquellos tiempos los integrantes del Centro de Estudiantes de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo: “¡Délen Atletas! 1 km de natación, 60 kms de bicicleta, 10 kms de trote y una semana en el hospital (sic)”, decía.

"El Triatlón Internacional Vendimia es una prueba fundacional y somos tres en Mendoza los que hemos corrido las 37 ediciones; el año que viene van a ser 40 años de continuidad, y no hay ninguna carrera de triatlón que haya permanecido cuatro décadas desde que se iniciaron en nuestro país", detalla Delpodio

No tiene dudas, y se ha dedicado a comprobarlo con publicaciones y testimonios, de que la provincia de Mendoza fue uno de los centros fundacionales de la práctica del Triatlón en nuestro país. También corroboró que involucró la presencia femenina desde sus inicios, por el alto grado de participación en cada convocatoria. “Entré en contacto prácticamente en el mismo momento en que este deporte combinado llega a la Argentina, y para ese entonces nosotros ya éramos considerados “gente grande” porque orillábamos los cuarenta”, comenta. Hasta ese entonces solo practicaba tenis federado en el mismo club donde conoció a Ana María, su esposa, y algunas veces jugaba fútbol con amigos.

“Me acuerdo del programa televisivo El deporte y el hombre, de Pancho Ibáñez, donde vi por primera vez las imágenes que correspondían al Ironman de Hawái, y en1985 se corrió el ‘Segundo Triatlón Mendoza’ en el parque General San Martín, donde fui un espectador sorprendido que vio la etapa de natación, las bicicletas que aguardaban frente al club Mendoza de Regatas para realizar la transición e iniciar la etapa de ciclismo donde hicieron tres vueltas del circuito serrano Challao Papagallos y luego completaron pedestrismo; ‘Ese es mi deporte…’, me dije”, confiesa. En retrospectiva cree que lo que le llamó la atención fue “la característica agonística, la lucha, la disputa en primera instancia para superarse a sí mismo”, que es un componente puro del deporte combinado.

Los tres triatletas que corrieron las 37° ediciones en Mendoza: José Maimone, Luciano Cicchitti y Mario Delpodio, acompañados por la presidenta de la Asociación Mendocina de Triatlón, Mariana Vázquez

Lo atrajo, además, la relación solidaria con el adversario, porque el principal protagonista es el esfuerzo físico y mental que conlleva, y no el ganar un puesto del podio. “Es el deporte entendido por el deporte mismo; es una escuela de vida”, resume, y asegura que por más de que su apellido pareciera imponer cierta presión por ocupar un lugar del top 10 de los participantes, nunca puso el foco en eso, sino más bien en el crecimiento personal. “Yo era nadador de fin de semana, el ancho de la pileta y tomar sol, pero me encontré con que en esto eran 200 metros de nado y entendí que implicaba otra cosa, y me aboqué a tratar de mejorar”, sostiene. Y agrega: “Tampoco había andado nunca en una bicicleta de carrera de competición, así que tuve que aprender la técnica, así que fue un cambio total en lo que yo suponía que era hacer un deporte, incluso en la mentalidad”.

Su buen estado físico lo ayudó para lanzarse a un rutina más completa, que incluía tres estímulos semanales para cada una de las disciplinas: prepararse para nadar, andar en bicicleta y correr, todo en un mismo circuito. El espíritu deportivo de su familia también colaboró, porque su esposa sigue practicando tenis hasta el día hoy y compitiendo en torneos federados. “Siempre estuvimos relacionados con el deporte en el Club Mendoza de Regatas, tuvimos cinco varones y nuestro cinco hijos nacieron en el club y vivieron en el club; veníamos acostumbrados a este ritmo”, expresa. Con emoción, revela que actualmente conviven tres generaciones en el mismo lugar, porque varias de sus nietas practican natación y fútbol salón.

En el Campeonato Mundial de Triatlón ITU de Cozumel, México de 2016, cuando la delegación Argentina en categorías de edades estaba conformada en su totalidad por mendocinos: a Mario lo acompañó su esposa y uno de sus hijos

“Tenemos 10 nietos en total, ocho nietas y dos varones. Las que son más chiquitas también van a jugar un rato, pero todos estamos relacionados en mayor o menor medida con lo deportivo”, dice con alegría. Gracias a su experiencia Mario acumula varios hitos en su trayectoria: en 2012 alcanzó el tercer lugar en el Ironman de Florianópolis, Brasil en la categoría 65 a 69 años. Tenía 67 cuando lo hizo, y también es uno de los tres veteranos que corrieron todas las ediciones del Triatlón Internacional Vendimiaque se realiza desde 1987 y es la única competencia nacional que mantuvo su continuidad hasta el presente. “En febrero de 2023 se realizó la número 37°; Luciano CicchittiJosé Maimone y yo estuvimos en todas”, indica.

En marzo de 2020 tenía previsto viajar a Edmonton, Canadá, pero la competencia mundial se suspendió por la pandemia. “Me había preparado muchísimo, teniendo en cuenta que las categorías por edad son cada cinco años, y en ese momento yo pasaba a tener 75, o sea que justo iba a cambiar de categoría, y cuando corrés a nivel internacional eso es fundamental; no es lo mismo correr a los 75 que teniendo 79″, argumenta. Ya había realizado la inscripción, el trámite de pasaporte y el visado, el alojamiento, y estaba en vísperas de confirmar el pasaje aéreo. “Iba a ir con uno de mis hijos, que me entrena, y con mi esposa, y sentí mucha bronca, así que no se me cruzó por la cabeza la posibilidad de intentarlo nuevamente, hasta que fue pasando el tiempo y me di cuenta que ya no estoy tan lejos de los 80 para cambiar de nuevo de categoría”, asume.

Mario junto a su esposa, Ana María, con quien tuvo cinco hijos (Foto: Antonio Tello Vargas)

“Corrí teniendo 72 años en Cozumel, México y siento que hoy no estaba tan lejos de aquel nivel en función de la cantidad de gente con la que participé, y creo que estoy en óptimas condiciones para de cierta forma tener la revancha de lo que no se pudo en 2020″, proyecta. Así reflotó aquel objetivo para el 2025, y cuenta que recién cuando termina la carrera en vigencia se conoce la sede del siguiente mundial. “Este año se corre en España, pero pueden hacerlo en cualquier lugar, en cualquier continente, ahora hay que esperar, aunque para mí era fundamental que fuese un continente americano”, reconoce.

En el 2000 el triatlón fue incorporado como prueba olímpica, y en cuanto a las distancias que se toman como referencia, existe la estándar para los campeonatos mundiales y las Olimpiadas: 1500 metros nadando, 40 kilómetros en bicicleta y 10 kilómetros en carrera pedestre. “También se suele utilizar la distancia Sprint, que son 750 metros de natación, 20 kilómetros de bici y 5 de pedestrismo; y se está haciendo más difundida a nivel mundial porque se ajusta más a la instancia de la televisación”, agrega Mario. Los deportistas de élite pueden cumplir con el circuito en menos de una hora, por lo que la preparación de todo el año tiene como objetivo principal conseguir completar la prueba gracias a la resistencia y la constancia del entrenamiento.

Cuando obtuvo el primer puesto en el podio del 37° Triatlón Internacional Vendimia en categoría por edades 75 a 79 años (Foto: Gentileza Mario Roberto Delpodio)

“En general no valoran la participación de los veteranos porque sobreentienden que no somos muchos y competitivos, pero podemos ser atletas de buen rendimiento y es importante darle la posibilidad de que participen, y que lo hagan en su categoría por edades”, remarca. En este sentido, lamenta que a veces los organizadores no contemplan la alternativa de más de 65 años, y se dedicó a demostrar con el ejemplo que no solo es posible sino que para muchos resulta una experiencia revitalizante.

“A esta altura del partido llegué a la conclusión de que lo que sembraste evidentemente a la larga se termina cosechando”, afirma. Cada vez que publica algo en su cuenta de Facebook aparecen los elogios, y no para el Mario deportista, sino para el ser humano detrás del triatleta. “Casi todos los contactos que tengo son exalumnos o personas de los colegios en los que trabajé, y te hace muy bien sentirte querido, de esas muestras de afecto que son totalmente inesperadas, que se sigan acordando de las clases, de mi vocación con la historia”, dice conmovido. Y deja una definición más de las tres disciplinas combinadas: “Es una forma de sentir, un sentimiento, por eso siempre digo que el triatlón me va a dejar a mi y no yo al triatlón; voy a seguir corriendo hasta que pueda”.

FUENTE INFOBAE

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