El hijo de campesinos que logra graduarse de Harvard y se convierte en residente de neurología

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Erick Martínez es un joven hijo de campesinos que logró graduarse de la Universidad de Harvard, convirtiéndose en un orgullo para su familia, gracias al sacrificio de sus padres para sacarlo adelante. Conocé su historia.

En la vida no hay obstáculo que valga para cumplir metas y sueños. Erick Martínez es un joven hijo de campesinos mexicanos que gracias a su esfuerzo logró graduarse con honores en Harvard, una de las universidades más prestigiosas del mundo.

La historia

Su historia comenzó en 1980, cuando una pareja del Estado de México migró a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades, dedicándose a trabajar en los campos de Carolina del Norte y Florida, en una producción de tomate. Erick nació en 1992. Martínez recuerda que era muy tímido, según contó a Univision. Sus padres vinieron a Estados Unidos cuando apenas tenían 20 años. Ninguno de los dos logró completar sus estudios debido a la escasez de recursos. Pasaron por varios trabajos como cultivo de productos o recogiendo naranjas para luego trabajar en un campo de tomates. Erick contó que en su casa no tenían aire acondicionado ni lujos. Durante su infancia siempre soñó que quería ser médico. Y como su familia no tenía recursos para otras cosas, en su niñez solo se dedicó a estudiar. Sus padres no podían comprarle juegos ni pelotas, ni prácticamente nada para que él pudiera distraerse en los tiempos libres. Por eso, todo el esfuerzo lo volcó de lleno a los libros.

Él asistió a una primaria muy pobre humilde de Attapulgus, al sur de Georgia, para la cual tenía que tomar un transporte todos los días y realizar un trayecto de 25 kilómetros de ida y vuelta. Pero allí se destacó mucho. “En segundo grado, un maestro tuvo la iniciativa de realizarle una prueba para conocer su nivel académico, el cual mostró que era un estudiante ‘superdotado'”, contó su familia.

Fue ahí donde Martínez miró de frente otra realidad, la de la pobreza. “Esa escuela era muy pobre. Por lo menos un 95% era afroamericano, el resto era hispano como yo y menos de 1% caucásico. Para mí eso fue lo normal, pero bastante interesante. Yo conocí las necesidades de la población negra desde muy joven”, asegura.

Martínez y su familia se mudaron en 2003 a Bainbridge, una localidad un poco más grande que actualmente cuenta con unos 13,000 habitantes, debido a que el campo que producía tomates fue vendido por sus dueños. Ahí continuó sus estudios de secundaria y preparatoria de manera sobresaliente y, durante sus vacaciones, colaboró con programas académicos de instituciones prestigiosas como la Universidad de Duke.

En 2010 se graduó de High School de Bainbridge como el primer inmigrante “valedictorian” , es decir, el estudiante más destacado de su clase durante ese año. Aplicó a diferentes instituciones académicas de alto nivel como la Academia Militar de West Point, ubicada en Nueva York, y a la prestigiosa Universidad de Harvard. Para su sorpresa y la de su familia, fue admitido en ambas instituciones. Uno de sus mejores amigos de la secundaria lo alertó sobre el error que cometía al dejar sus sueños a un lado para ir a cumplir con un deber. Aún así, el chico se enroló como cadete en la institución militar.

Martínez ingresó en junio de 2010 al programa castrense en las instalaciones de Nueva York. No obstante, durante el periodo de entrenamiento para ingresar a la institución, se enteró de la muerte de su amigo en un accidente automovilístico. Aquello fue un golpe que le hizo retroceder y volver a mirar hacia donde quería ir y decidió, en marzo de 2011 abandonar West Point. “Dejé la escuela. Fueron meses muy difíciles, los peores de mi vida”, cuenta sobre el periodo que estuvo sin asistir a clases. Erick escribió a Harvard para saber si podía volver a realizar el procedimiento de admisión a lo que la institución respondió de manera afirmativa. Para su sorpresa, fue aceptado por segunda ocasión en la universidad.

Con Honores

Martínez ingresó en el otoño de 2011 a la carrera de neurobiología de Harvard de la que se graduó con muy buenas notas en 2015 y pertenecía a la comunidad latina de la prestigiosa Universidad. Sus aspiraciones académicas no se quedaron ahí. Tras graduarse de Harvard, se matriculó a la Universidad de Augusta donde concluyó este año la carrera de Medicina. Actualmente es un nuevo estudiante de la especialidad de neurología en la Universidad de California (UCLA) y dice estar agradecido con Maricela y Loreto Martínez, sus padres, por haberle dado la mejor educación y ser su modelo en la vida. 

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