Devolverle el amor a la tierra y a sus polinizadores es lo que ha sacudido el corazón de esta investigadora hasta llevarla a crear estas mascarillas biodegradables. A Marianne de Groot-Pons se le ha ocurrido ponerse manos a la obra para buscar una solución imaginativa al asunto. Su idea se llama ‘Haz florecer el mundo’, porque ese es su lema. Sabemos que las mascarillas causan mucha contaminación ambiental adicional durante estos tiempos en los que se utilizan cientos de millones de ellas cada día. Por esta razón, Marianne ha investigado hasta dar un un diseño de mascarillas bucales biodegradables que incluyen en su interior semillas de flores.
“Después de un buen rato de tropezar con todas las mascarillas azules desechables y prescindibles de la ciudad, me desperté una mañana con la idea de unas mascarillas biodegradable con semillas de flores. La tierra se alegra, las abejas se alegran, la naturaleza se anima, los individuos se alegran”.
La máscarilla está fabricada con una mezcla que contiene papel de arroz biodegradable. Los cordones están hechos de pura lana de oveja y cartones de huevos vegetales y se fijan con pegamento a base de fécula de patata y agua. Incluso la tinta de estampación es biodegradable.
La mascarilla se elimina de manera natural en caso de acabar desechada. En su interior contiene semillas de mezcla de pradera holandesa, como aciano, gypsophila y eneldo. Así que en el lugar donde acabe tirada la mascarilla surgirían flores.