Mis abuelos (zeides y bobes), fueron inmigrantes. Llegaron de Polonia, de Ucrania, de Bielorusia.
De aquellos inmigrantes con sueños y miedos hoy ya somos cuatro generaciones nacidas aquí. Orgullosas de nuestra argentinidad, y reconocidos de nuestra historia familiar. Cuatro generaciones que dan continuidad a aquel proyecto de echar raíces con los que vinieron buscando vivir, en seguridad, en paz, con libertad, con posibilidades de ser mejores.
Tenemos una sana costumbre: una y otra vez los más grandes comentamos sobre el pasado de nuestros mayores, la valentía de la emigración asumida, los dolores soportados, los éxitos y frustraciones. Hacemos presente el pasado permanentemente agradeciéndole, reconociéndole.
Reímos recordando las dificultades con el idioma, festejamos las tradiciones que nos legaron, admiramos y homenajeamos el ejemplo de lucha, trabajo y fortaleza del cual hicieron gala y nos dejaron como el mayor bien, por sobre todas las cosas.
Los seguimos honrando haciéndonos cargo de la identidad recibida y transmitiéndola a nuestros hijos y nietos.
La mía y de mi familia es la historia de millones de argentinos.
Son innumerables experiencias personales que dieron, dan y siguen dando forma a nuestro país. No se puede leer el recorrido de la Argentina sin mirar, estudiar, reconocer la impronta de la inmigración.
Ella es de los valores más importantes que tenemos. Ser una sociedad plural, abierta, inclusiva, integradora es siempre pura ganancia para un país. Lo fue en el pasado y lo será en el futuro.
Escribo estas líneas porque hoy es el Día del Inmigrante Para muchos pasará inadvertido y es una pena
Desde el año 1949 que tenemos este día consagrado por ley. Un dia que se eligió para recordar el primer llamado inmigratorio que hizo el Primer Triunvirato del Río de la Plata el 1812.
Así es, la inmigración es reconocida desde los primeros días de nuestra historia.
Yo tengo siempre presente este día, me gusta, me mueve siempre a leer historias, revisar fotos, recuperar situaciones de un mundo que me formó y donde los inmigrantes daban forma a todo, aromas de comidas que quedan para siempre
Tengo presente este día esforzándome para continuar y asegurar la transmisión del acervo cultural heredado.
Por sobre todo lo honro porque creo fuertemente en la importancia de la inmigración para el desarrollo de una sociedad.
Definitivamente es para aplaudir de pie lo que cada inmigrante nos da individualmente y lo que propone en forma asociada.
Las escuelas, las instituciones, los hospitales, las entidades políticas, las mutuales, las cooperativas, las bibliotecas y mucho más que las colectividades desarrollan, son bienes valiosísimos y virtuosos que tenemos y que sin duda alguna en momentos de crisis son herramientas fundamentales de contención, posibilitadoras de oportunidades, generadoras de futuro.
Por todo ello Feliz Día del Inmigrante.
Por Claudio Avruj
Director de Optimism
