Data desde 1851 y fue testigo del momento en que los constituyentes buscaban redactar una Constitución Nacional.
Si bien el origen exacto del primer alfajor, muy diferente al actual argentino, es difícil de identificar, se sabe que nació en Arabia y proviene de la palabra “Al Hasu” que significa “el relleno”. La receta se expandió hasta el sur de España y tras la colonización del territorio americano, el producto viajó a nuestras tierras donde se fue adaptando a los sabores locales.javascript:falsejavascript:false
En Santa Fe en el año 1851, Hermenegildo Zuviría fundó “Merengo”, una confitería que hasta el día de hoy continúa comercializando el producto. Su nombre deviene del apodo que tenía su dueño, quien solía vestir el delantal típico de pastelero y sumado a su gran contextura física, la imagen remitía a la de un gran merengue.
Los alfajores y la Constitución Nacional
Además de dedicarse al negocio gastronómico, Zuviría estaba muy vinculado con la Convención Constituyente que se llevaba a cabo por aquellos días. A nivel federal se buscaba sancionar una Constitución que pusiera en manifiesto nacimiento de un país libre e independiente.
En aquel momento, el único terreno de dos pisos que había en Santa Fe era la confitería del pastelero. En la parte superior contaba con tres habitaciones que se las alquilaba a tres hombres que luego formarían parte del grupo que redactó la Constitución Nacional.
Finalmente, el 1 de mayo de 1853 se sancionó la Constitución Nacional la cual consolidó a nuestro país como Representativo, Republicano y Federal. Por aquellos días, Mateo Booz, periodista de la época, escribió en su libro “Aleluyas del Brigadier” un pasaje en la cual hacía referencia a ambas cuestiones sucediéndose al mismo tiempo.
“Y transcurre ese 1 de mayo de 1853 y poco a poco los convencionales, cumplida su misión, se alejan por los caminos fatigosos que ya hicieron, rumbo a sus provincias. Agregan a los equipajes unos Alfajores Merengo para que saboreen las esposas, las hijas, las novias que allá los esperan. Y llevan sin duda algo más, el recuerdo feliz de sus días en Santa Fe“.
¿El alfajor santafesino fue un invento femenino?
Al parecer, Zuviría contaba con la ayuda de dos mujeres pasteleras en su local sobre la esquina 3 de Febrero y San Jerónimo. Se estima que eran las hermanas Piedrabuena las encargadas de hacer los alfajores.
En primer lugar unían las tapas con el dulce de leche y luego lo cubrían con merengue italiano. Ya desde entonces se cree que el alfajor contaba con la característica netamente santafesina, la cual consiste en unir el relleno dulce con las tapas saladas.
FUENTE BILLIKEN