De Siria a Salta: la familia Knouzi comenzó una nueva vida en Argentina

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Como muchas jóvenes en Siria, Jouly Knouzi tenía proyectos y sueños para su vida: algunos de ellos, eran terminar sus estudios secundarios y comenzar los universitarios. Sin embargo, la violencia, el miedo y la incertidumbre agobiaban su vida cotidiana y la de la familia en Homs, uno de los barrios más poblados de Siria. “Siempre vivíamos en peligro, salíamos sin saber si podíamos volver a casa, cualquier demora de cinco minutos o cualquier llamada de teléfono eran una preocupación”, recuerda Bassam, padre de Jouly. La familia, conformada por el padre, su madre Hanan y dos hermanos, tuvo que marcharse para encontrar paz y nuevos rumbos en los cuales puedan cumplir con sus metas.

El hermano de Hanan, la madre de la familia, estaba radicado en Salta desde antes de la guerra y les contó sobre la posibilidad de arribar a Argentina a través del Programa Siria. Y no lo dudaron un minuto: su familiar les hizo el trámite requerido por el Programa para cumplir la función de “llamante”, en el marco del esquema de patrocinio comunitario por el que las personas que llegan al país reciben apoyo a lo largo del primer año posterior a su arribo, y luego de varios días los cuales estuvieron signados de cuestiones burocráticas, la familia arribó a Salta en febrero de 2016. Los Knouzi inscribieron inmediatamente a sus hijos en la escuela para que prosiguieran sus estudios. Jouly recuerda con una sonrisa sus primeros tiempos en el colegio secundario: “Sabía decir ‘Hola, me llamo Jouly, no hablo español’”. Sin embargo, el esfuerzo de la familia les permitió salir adelante: Hoy Bassam es encargado de sistemas informáticos de una cadena de tiendas de artículos deportivos y sus hijos menores avanzan en la escuela primaria y secundaria.

Jouly, en tanto, cumplió 18 años e inició en 2019 la carrera de Ingeniería Civil en la Universidad Nacional de Salta, donde se inscribió con el objetivo de continuar con su formación para ser profesional. En Argentina, más de medio centenar de universidades públicas distribuidas a lo largo del país brindan el derecho a cursar estudios superiores gratuitos y de calidad para todas las personas que habitan el territorio, independientemente de su procedencia, nacionalidad y estatus migratorio, lo cual constituye una herramienta clave para generar inclusión social. Gracias a este derecho, Jouly cursa hoy las primeras materias de la carrera y proyecta su futuro como ingeniera. Su rutina diaria y su aplicación como estudiante no le impiden hacer nuevos compañeros y amigos, ya sea en las aulas o fuera de ellas.

La gente es muy buena y amable, trata de ayudarnos, de corregirnos si decimos alguna palabra mal. Mis amigos siempre me ayudan en todo lo que necesito, se interesan por nosotros, no se alejan porque no somos de acá”, afirmó Jouly acerca del trato que recibió de los ciudadanos argentinos. “Lo más importante es que mis hijos sigan estudiando y hagan su futuro en el país, ellos tienen todo por delante”, explicó Bassam, padre de familia, sobre la actualidad y el futuro de sus hijos. Salud, amor, paz y trabajo, los pilares fundamentales que cualquier familia debe tener a la hora de llevar a cabo la vida. Los Knouzi encontraron un lugar para desarrollar y cumplir sus metas.

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