Tahiel es el pequeño neuquino de 4 años a quien los médicos, que creyeron que moriría, consideran un milagro. Estuvo internado durante varios meses en Buenos Aires y de vuelta en casa, continúa su rehabilitación con un alentador pronostico.
Tahiel tenía 3 años cuando una casa de Neuquén, en la que se encontraba, se prendió fuego. Producto del incendio sufrió quemaduras en el 60% de su cuerpo. Los médicos no creyeron que el pequeño sobreviviría, sin embargo, a seis meses del accidente, volvió a caminar y continúa su recuperación con un pronóstico favorable.
“Hoy puedo contar lo que pasó ese día sin derramar lágrimas”, dijo su padre Diego Albornoz, quien también fue víctima del terrible accidente. El hecho ocurrió el 20 de agosto de 2021 en una vivienda del barrio CGT, de Neuquén. Diego, su esposa y su pequeño hijo estaban de visita en casa de unos parientes y decidieron quedarse a cenar unas pizzas. Notaron que una de las motos que estaban en el garaje perdí combustible. Sin embargo no pensaron que era importante y menos que podría ocasionar una tragedia. Pero, de un instante para el otro, se produjo una gran explosión.
Según pudieron establecer los peritos, la explosión fue ocasionada por la acumulación de gases que salían del tanque de nafta de una moto que se encontraba estacionada en el garaje de la vivienda. Como el lugar era cerrado y había un calefactor prendido, se produjo una gran explosión y la casa se prendió fuego.
En primera medida, Tahiel había sido trasladado de urgencia a una clínica de Roca donde estuvo internado más de un mes, hasta el 29 de septiembre. “Fue muy duro verlo, todo envuelto…sin saber qué había debajo de las vendas”, sostuvo Diego. Las heridas del pequeño eran tan extensas que debieron llevarlo en un vuelo sanitario a Buenos Aires para tratarlo en el Hospital Garrahan. Sin embargo sus padres no pudieron acompañarlo porque también tenían graves lesiones. Una sobrina se ofreció a viajar y acompañar a Tahiel.
Una vez en Buenos Aires, los pronósticos no fueron de lo más alentadores. El primer cirujano que lo atendió le dijo a la sobrina de Diego: “Decile a la familia que se prepare porque este bebe se muere acá”. Todo era angustia, miedo e incertidumbre, pero la fortaleza y la valentía del pequeño hicieron que cambie el panorama. “En una semana tuvo una evolución muy grande”, aseguró su padre.
El pequeño estuvo en Buenos Aires durante 127 días. El 20 de diciembre los médicos le dieron el alta, pero como era época de fiestas y no había pasajes, pudo volver a casa el día 25. A mediados de febrero tuvo que regresar porque “se le había contraído la piel tanto que no podía caminar. Pero luego de unos injertos, gracias a Dios -y a los médicos- regresó caminando”, contó su padre.
Diego recordó que uno de los médicos le dijo que, de cada cuatro con quemaduras en el 40% de su cuerpo, sobreviven dos. El cuerpo de Tahiel sufrió quemaduras en un 60% y continúa con vida. “Mi hijo es un milagro caminando. Es un capo”, dijo su padre. El niño volvió a casa el 10 de marzo y comenzó su rehabilitación en el hospital Allen. Además tiene un turno con Carolina Gagliardi y Daniela García, profesionales del centro de quemados de Cipolleti, quienes participarán de su recuperación.
Tahiel utiliza un traje y una máscara para compensar la presión de la piel nueva que continua en crecimiento y solo se la saca para bañarse o comer. Pero su fortaleza, resiliencia y ganas de vivir son más fuertes y sobre todo, juegan un papel muy importante en su recuperación. “Ya no quiere usar más el andador y anteayer nos pidió que le pongamos las zapatillas para salir a jugar con sus amigos. Cada día que pasa, es un pasito más que da, algo nuevo que hace”, manifestó su papá.
“Por ahí hay gente que se preocupa por la material, pero uno no se da cuenta del valor de las personas que tiene a su lado. Agradezco mucho a toda la gente de Roca, Allen, Cipolletti, Neuquén. Todas las colectas que hicieron. Gente que no nos conocía, que capaz no tenía nada y nos dio una mano. Después de lo que nos pasó, ya no me hago problema por lo económico. Claro que importa, pero yo me di cuenta en mi peor momento podía tener 20 millones en la cuenta y nadie me devolvía a mi hijo. El dinero ayuda, pero no es todo”, finalizó el padre de Tahiel.