La actividad que combina actividad física con la recolección de basura llegó a la Argentina en 2018 y ya cuenta con grupos organziados en todo el país.
“Combinar actividad física con cuidado del medio ambiente”, de eso se trata el “plogging”, bajo la sencilla premisa de salir a correr, trotar o caminar y recolectar los desechos que se encuentran al paso en la vía pública, una práctica que según quienes la realizan “puede generar un cambio enorme”.
“El término es el resultado de la fusión de la palabra inglesa ‘jogging’ y de la expresión sueca ‘plocka upp’, que significa recoger”, explica a Télam Silvano Marcelo Polla, promotor de la disciplina en la Argentina.
Polla, profesor de educación física, guardavidas de la Cruz Roja Argentina y fundador de Plogging Bahía, asegura que el plogging “puede generar un cambio enorme a partir de ese pequeño gesto”.
La iniciativa nació en Suecia, a mediados de 2017, a partir de la inquietud de Erik Ashtrom, corredor y ambientalista que buscó una solución al problema con el que se encontraba cada vez que salía a correr: una gran cantidad de residuos ya sea en la calle o en la naturaleza.
Hace un par de años la movida desembarcó en la Argentina tras la iniciativa de Paula Gosso Eguia, médica veterinaria marplatense, preocupada por el impacto ambiental en el ambiente marino. Gosso creó Plogging Argentina con sede en Mar del Plata, en 2018, y rápidamente el movimiento se extendió por todo el país.
Todos los días aparecen nuevos grupos que se suman al plogging, ya sea promovidos en forma individual o por agrupaciones, ONG’s o desde establecimientos educativos o gubernamentales en distintos rincones del país. Actualmente encontramos “ploggeros” en 18 provincias, entre ellas Buenos Aires, Santa Fe, Salta, Chaco, Neuquén, Corrientes, La Rioja, Córdoba, Tucumán, Río Negro.
En San Isidro la ONG “Vamos a Hacerlo Argentina” organizas las jornadas “Limpiamos en movimiento”, o en el norte del país, en Posadas, donde el ambientalista Fernando Santacruz es un entusiasta animador de esta iniciativa.
“Para hacer plogging, -contó Silvano Polla a esta agencia- solo se necesita ropa y calzado deportivo, un guante y una bolsa. Se hace un trote suave y, a medida que uno se topa con un residuo, se realizan sentadillas o estocadas para levantarlo. La basura recogida se lleva en una bolsa y se tira en el lugar indicado a lo largo del recorrido o al final”.
“Lo que nosotros buscamos con plogging es realizar el pequeño gesto de generar un cambio, que sea una puerta de entrada a otro tipo de relación con el medio ambiente, contribuir para tener un planeta más limpio y sano”, señaló.
“El cambio es dar ese mensaje, que, cuidando mi salud con la actividad física, haciendo una estocada, una sentadilla o subiendo y bajando de la bicicleta, puedo estar ayudando a mi planeta, recolectando los residuos que están en un lugar que no es el adecuado, a los que nosotros llamamos ‘basuraleza'”, concluyó.