En 1999, la arqueóloga e investigadora argentina María Constanza Ceruti se embarcó en una expedición en búsqueda del sitio arqueológico más alto del mundo, sin imaginarse lo que descubriría. Cerca de la cima del volcán Llullaillaco, se encontró con un hallazgo sin precedentes: tres momias que serían objeto de estudio de todo el mundo.
El mencionado volcán se ubica en Salta a 6736 metros sobre el nivel del mar. La investigación de Ceruti fue acompañada por el científico y explorador estadounidense Johan Reinhard. Tomó varios días en condiciones realmente extremas: temperaturas bajo cero y falta de oxígeno, propio de la alta montaña.
“El Llullaillaco es el sitio arqueológico más alto del mundo y está en Salta, entre tantas maravillas, tenemos el sitio arqueológico más alto del mundo”, expresó Ceruti a FM Profesional. “Cuando fuimos a estudiarlo no sabíamos que nos íbamos a encontrar con ese descubrimiento”, recordó. “Fue en 1999 y es la coronación de muchos años de trabajo en arqueología de alta montaña. La dimensión sagrada de la montaña, nos convoca a aprender del pasado, para entender mejor el presente”.
Estas momias, posteriormente llamadas “Los Niños del Llullaillaco”, significaron un maravilloso aporte científico debido a, entre otras cosas, su perfecto estado de preservación. Al día de hoy se encuentran exhibidas en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) en la ciudad de Salta.
Este año, se reconoció al volcán de Llullaillaco como “sitio sagrado” de los pueblos originarios por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) a través de la Resolución 96/2022 publicada en el Boletín Oficial.
Los Niños del Llullaillaco
El hallazgo de estos investigadores consistió en tres niños momificados, quienes se considera que fueron sacrificados por los Incas a modo de ofrenda hace más de 500 años.
Ceruti y Reinhard se encontraron los cuerpos de un niño de alrededor de siete años (que luego nombraron “El Niño”), una niña de seis años (“La niña del Rayo”) y una adolescente de quince (“La Doncella”). Junto a ellos, hallaron un ajuar compuesto por 46 objetos: figuras humanas y animales en miniatura, utensilios y alimentos.
Se indica que su excelente estado de preservación se relaciona con la falta de oxígeno y temperaturas bajo cero en la cima del volcán.