Conocé a Rogelio, el colectivero que canta en las paradas

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Rogelio López, chofer de la línea 152, se hizo conocido a partir de un tuit de una pasajera agradecida con su estilo y modales. “Al principio lo hacía con vergüenza, pero empecé a ver que ayudaba a los usuarios”, dice.

Rogelio López nació en Formosa hace 54 años, es chofer de colectivo hace 31 y anuncia las paradas cantando hace ocho. Sin embargo, su historia se hizo conocida recién en los últimos días a partir del comentario, en Twitter, de una pasajera agradecida con su estilo y sus modales.

Hace tiempo que lo hago, pero las redes sociales lo llevaron a un lugar que no me esperaba. Hace un ratito terminé mi jornada y no te puedo contar la cantidad de pasajeros que me reconocieron. ‘Ah, ¿usted es el que canta?’, me decían. Otros me saludaban directamente”, cuenta el hombre.

Su historia

En 1998, López ingresó a la línea 152, que une el barrio de La Boca con Olivos. Todos los días completa el recorrido ida y vuelta con una práctica que cautiva a los usuarios. “Vamos por Cabildo y si la siguiente parada es entre Jorge Newbery y Maure, la digo cantando”, cuenta. Y revela el porqué del hábito: “Empecé a ver a la gente más distraída, más preocupada o lo que fuere, pero pensando en otra cosa. Muchos se pasaban de parada, me pedían bajar en otro lado y no se puede”.

“Entonces me pregunté cómo ayudar a los pasajeros para que pudieran viajar tranquilos y, al mismo tiempo, quedarme tranquilo yo. Y empecé a hacer esto. Al principio lo hacía con vergüenza, pero empecé a ver que realmente servía. Y se me fue haciendo costumbre”, amplía.

La historia de Rogelio se hizo conocida a partir del comentario de una usuaria. “Si sos el chofer del interno 46 de la línea 152, necesito que sepas que la gente te ama. Y que hiciste muy feliz a mi hija hoy. Gracias”, tuiteó @NoEsCordura, y acompañó la publicación con capturas de WhatsApp de la charla donde la joven le describía a su mamá lo placentero que había sido el viaje, e incluso compartió una imagen de los ojos encendidos de su hija y su sonrisa tapada por el barbijo. El tuit parecía destinado a ubicar al chofer y la gestión tuvo un éxito inmediato: Pablo, hijo de Rogelio, lo leyó y respondió con una foto junto a su papá. Y su cuenta empezó a llenarse de mensajes.

“Tu viejo es un fenómeno. Muchas veces lo tomé desde Bermúdez y Av. Maipú”, comentó un usuario. “Tu papi es lo más”, agregó otro. “Mis felicitaciones y agradecimiento a tu viejo. Se merece muchas cosas buenas”, se sumó la usuaria del tuit viral. Hasta apareció un tuit publicado en septiembre de 2018 que exhibía un video donde Rogelio López saludaba animadamente a los pasajeros que subían al colectivo.

Pablo, entonces, dio un paso más: le abrió a Rogelio una cuenta de Instagram y otra de TikTok. El círculo terminó de cerrarse y la historia tuvo un empujón adicional hacia la popularidad. “Mi hijo está feliz. Y yo siento permanentemente el cariño y el apoyo de mi familia”, señala el chofer. Y cuenta que sus compañeros bromean con la historia: “‘Ahí viene el famoso’, me dicen”.

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