Se trata de un mendocino de 33 años que cultiva en su casa.
El cultivo de cannabis en nuestro país está penado por ley, salvo el consumo en pequeñas cantidades y para uso medicinal. Es por esto que el muchacho mendocino no quiso revelar su identidad en diálogo con el portal Ser Argentino.
Autodefinido como “practicante del autocultivo”, el mendocino cuenta que este proyecto comenzó en el 2009, cuando era estudiante universitario. “Me capacité en distintos cursos relativos al cultivo de cualquier planta. Me hice amigo de gente que trabajaba en vivero, me asesoré. Y también leí los libros de Alicia Castilla, una mujer uruguaya que escribió ‘Cultura cannabis’ y ‘Cultivo cannabis’”, cuenta, y recuerda a su amigo con el que instalaron su primer cultivo in door dentro de un armario con focos de bajo consumo.
Nunca pensó en comercializar con el cannabis, mencionando que en ese tiempo no se dedicó a vender aunque podría haberlo hecho. La idea de llevar adelante el autocultivo fue exclusivamente para consumo propio. De hecho, en el 2012, cuando se comenzó a hablar sobre una ley de despenalización del consumo y tenencia de marihuana, con su amigo y socio comenzaron a militar. “Empezamos a armar in doors a domicilio. Asesorando gente, diciéndole cómo mantener la planta en su casa, para que no compren marihuana adulterada”, recuerda el mendocino.
Cuando se dio cuenta de que quienes comercializaban con el cannabis comenzaron a militar para atraer clientes, se bajó de inmediato y comenzó a colaborar con profesionales de la salud junto a otros cultivadores.
Cuenta que sus acciones solidarias comenzaron allí: “A muchas personas les doy aceite gratis. Por ejemplo, hay una señora en Las Heras que tiene un hijo con fibromialgia y otros trastornos. Para ella es muy difícil poder cultivar e instruirse para hacerlo. Nosotros la conocimos a través de los vínculos que tenemos con otros cultivadores. Ahora le hacemos llegar una dosis para su hijo, y le sirve muchísimo”.
