Debido a las características del paisaje y las condiciones climáticas de la zona, la Patagonia es una región donde se acumulan los restos de numerosos barcos accidentados. Pero, en ocasiones, también conserva otros que se abandonaron, como es el caso del buque a vapor “Amadeo”.
Esta enorme embarcación, que permaneció en la misma playa durante los últimos 92 años, se construyó en Europa y estuvo en servicio durante cuatro décadas al sur de Chile.
Con el paso del tiempo, su estructura sufrió daños y se decidió abandonarlo, en la misma zona que frecuentó durante todos sus viajes.
¿Qué historia tiene el vapor Amadeo?
El dato más antiguo sobre el vapor Amadeo se remonta a 1884, cuando se construyó en un astillero de Liverpool, Inglaterra. Luego, casi una década después, cruzó el océano Atlántico y fue adquirido por una naviera sudamericana en 1892.
A partir de ese año, el amplio barco se utilizó para realizar diversos viajes por el Estrecho de Magallanes. Muchos de ellos fueron incluso entre diversos puntos de la Patagonia chilena y la Patagonia argentina.
En fin. El Amadeo se utilizó, principalmente, para abastecer estancias ganaderas, buscar barcos naufragados y enlazar la ciudad de Punta Arenas, en Chile, con otras localidades del país, así como también de Argentina.
¿Cuáles son las características principales del vapor Amadeo?
Además de las mencionadas, el vapor Amadeo también se caracteriza por su tamaño, dado que al momento de su inauguración tenía:
- 46 metros de longitud.
- 7 metros de ancho.
Al mismo tiempo, otra de sus mayores curiosidades es el nombre que adquirió. Aunque existieron diversas teorías, la oficial anuncia que rinde homenaje al rey Amadeo I de España, que se mantuvo en su puesto entre 1871 y 1873.
¿Desde cuándo es un monumento nacional?
Luego de 40 años en servicio, el buque a vapor “Amadeo” quedó abandonado en 1932, sobre una playa del Estrecho de Magallanes, dentro de la Zona Típica Estancia San Gregorio.
Allí, cuatro décadas después, se determinó que la antigua embarcación debía convertirse en un monumento nacional. De todas formas, como se aprecia en imágenes, no tiene un buen estado de conservación.