Activismo animal: cuando la empatía es la clave

Mundo animal Slider costado

POR: FERNANDA DI BENEDETTO

Corría el año 2015 en Argentina, como corrían los galgos en las carreras manejadas por personas frívolas e interesadas, con apuestas ilegales, maltrato y abandono. Por años se había hablado del tema, pero nadie había logrado llegar al Congreso como lo lograron un grupo de activistas cuyo arduo trabajo se denominó Proyecto Galgo Argentina.

Llegando a juntar más de 400 mil firmas, tocaron los corazones de los senadores y senadoras que le otorgaron la media sanción el 29 de julio de ese año y, posteriormente, a los diputados y diputadas, quienes lo convirtieron en Ley el 26 de agosto. La iniciativa establece la prohibición de las carreras de perros en todo el país y castiga con prisión de 1 a 4 años y multas de hasta 80 mil pesos a quien “organice, participe o promueva” esas competencias.

Hoy, a 6 años de este enorme logro en pos del bienestar de perros que eran brutalmente explotados, dañados y desechados, este grupo de activistas va por más: más acciones, más derechos y mejor vida para quienes no pueden hablar con palabras, los animales

La campaña Cierren Mundo Marino, que ya lleva medio millón de adhesiones a la petición de Change.Org, tiene como objetivo el cierre de la sede ubicada en San Clemente del Tuyú, y la reubicación de los animales en santuarios que los contengan y los protejan. Esta lucha no es actual, sino que viene dándose desde el año 2014, cuando un grupo de activistas animalistas comenzaron a manifestarse en las puertas del recinto. Además, comenzaron a realizar charlas en las escuelas, difusión en ferias, notas en medios de comunicación, a los que se sumaron otros activistas animalistas del país. 

Activistas Animalistas de La Costa, fusionados con Proyecto Galgo, dieron rienda suelta a la misión que, como cuentan sus miembros, tiene como objetivo “el fin de los circos marinos y la rehabilitación de la única orca cautiva en sudamérica”.

“En 2020, la agrupación Proyecto Galgo Argentina reúne en la campaña #CierrenMundoMarino información que se había compartido durante esos años, para organizar todo lo que hace falta conocer acerca del caso de la orca macho Kshamenk, sus compañeros cautivos, el detrimento que les representa el encierro, y la gran problemática que abarcan los acuarios en general”, cuentan con respecto a cuáles fueron los primeros pasos que están trazando el camino hacia la liberación del animal.

En cuanto los activistas vieron de cerca a la orca, no pudieron contener las ganas de hacer algo respecto a su situación. La pileta pequeña donde vive, los parlantes a todo volumen, los locutores que sostienen que Kshamenk se encuentra en buen estado cuando está a la vista que no. 

“Activar por los derechos de los animales es hacer uso de todo lo que esté a nuestro alcance para dar la información y que se conozca su situación, y así generar conciencia a través de acciones urbanas, redes sociales, charlas, eventos”, sostienen, agregando que para cada caso utilizan las herramientas que hacen falta. Para los galgos, una ley que prohíbe las carreras, para Kshamenk, el cierre de Mundo Marino.

La pandemia no significó un impedimento para que los y las activistas continúen trabajando para lograr sus objetivos. Sin poder asistir de forma presencial tanto a Mundo Marino como a Aquarium Mar del Plata, continuaron las actividades “en las redes, en encuentros vía zoom, tuvimos un gran avance gracias a Proyecto Galgo Argentina quienes producen a diario videos para concientizar”, comentan desde la red de activistas. 

Con respecto al presente y al futuro tanto de Kshamenk como de tantos otros animales en su misma situación, los activistas cuentan que apuntan a sacarlo de Mundo Marino y brindarle todas las herramientas para su recuperación con profesionales de su confianza. 

“El plan de rehabilitación para su posible reinserción en un espacio natural estará a cargo de profesionales como veterinarios, biólogos, y expertos en animales marinos. Nosotros trabajamos para que se les dé lugar a ellos para evaluar a Kshamenk y trabajar en ese plan”, concluyen. 

Si de algo estamos seguros, es que en Argentina siempre habrá un grupo de personas que vele por el bienestar y el rescate de animales que tuvieron la desgracia de caer en manos de personas sin empatía ni consideración por lo que es mejor para ellos, que es estar en su propio hábitat, con sus pares, creciendo y viviendo sanos y felices.

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