María Josefina Cruz Blancas es una abuela mexicana que conquistó un objetivo que para muchos podría parecer inalcanzable a su edad. La mujer recibió su título acompañada por sus hijas, nietos, bisnietas y hasta su tataranieta
Sabemos que la edad no es impedimento para nada en esta vida. Solo se necesita concentración, un objetivo claro y no rendirse hasta cumplirlo sin importar los obstáculos. Con lucidez, voluntad y disciplina, una mujer retomó sus estudios y se graduó sin importarle su edad. “Hoy mi abuelita se graduó de la universidad de Administración de empresas a sus 93 años y no me canso de presumirla en todos lados“, escribió la nieta de doña Josefina en su cuenta de Twitter, en un posteo que se hizo viral.
Su historia
María Josefina Cruz Blancas es una abuela mexicana que conquistó un objetivo que para muchos podría parecer inalcanzable a su edad. El miércoles 20 de octubre la mujer recibió el título de Licenciada en Administración, acompañada por sus hijas, nietos, bisnietas y hasta su tataranieta. Y la anciana no solo pudo graduarse, sino que además lo hizo con calificaciones sobresalientes en cada una de las materias que cursó y rindió para obtener su título en la institución Consultores Educativos Saxum.
Su gran logro comenzó a gestarse hace varios años, pero por las vueltas de la vida tuvo que quedar postergado. Por eso, en 2017 decidió retomar su carrera y nuevamente ser estudiante universitaria; un año después obtuvo su certificado de bachillerato.
“Estoy feliz porque lo logré. Nunca es tarde para intentarlo y completar los sueños. Hay que ser constante, tener confianza en Dios quien me ha concedido salud. Ahora quiero tratar de participar en lo que más pueda y hasta dónde pueda“, comentó la nueva licenciada. “Tengan confianza y pidan a Dios que les dé fuerza para aceptar lo que venga. Mi título se lo dedico a mi familia, a mis hermanos, a mis hijos, mis nietas, bisnietos y a mi tataranieta“, agregó.
En tanto, su hija Citlali compartió en una entrevista al medio mexicano: “Hoy a sus casi 94 años se conecta a Zoom solita. El apoyo que le dimos fue para conectarse, pero ella ya se seguía, se metía, investigaba y ponía otro y otro video. Como mínimo, lee dos horas al día. Es un gran ejemplo, todos la admiran y quieren mucho y nunca pierde su sonrisa“, añadió.
