“Después de la guerra, el jazz me ayudó a encontrar la estabilidad y a integrarme en la sociedad. La música une a la gente y le aporta algo de alegría”, dijo Simon. Durante la pandemia de COVID-19 y el primer bloqueo en Bélgica, Gronowski tocó jazz “para darle valor a la gente“. Abrió la ventana de su casa en Bruselas y empezó a tocar para sus vecinos y transeúntes el clásico del jazz “On The Sunny Side Of The Street” (En el lado soleado de la calle) con su piano eléctrico. “Miro hacia arriba y veo a mucha gente delante de mi casa, y a personas aplaudiendo“, cuenta Gronowski, que toca música de oído y se inspira en artistas clásicos de jazz como el trompetista Louis Armstrong o las cantantes Ella Fitzgerald y Billie Holiday. “Me siento bien cuando toco. Siento que aporto felicidad a los que me rodean“, destaca.
Conectar la paz y la justicia a través de la música
Pero no sólo sus vecinos y los viandantes se han deleitado últimamente con su música. Con motivo del 75º aniversario de la Corte Internacional de Justicia el 18 de abril de 2021, Gronowski fue invitado a participar en un evento musical virtual que rendía homenaje a la labor de la Corte ubicada en La Haya, en los Países Bajos.
Durante la ceremonia virtual se estrenó la pieza “Hymne des Nations” (Himno de las Naciones), escrita en 1913 por el compositor judío-holandés Charles Grelinger (1873-1942), que falleció mientras le transportaban a Auschwitz. La pieza solo se había interpretado previamente en las campanas del ayuntamiento de La Haya.
En su doble faceta de abogado y superviviente del Holocausto, participar en la ceremonia representó para él un “gran honor” y, al mismo tiempo, encomió la importante labor de la Corte. “La Corte Internacional de Justicia no sólo es importante para mí, sino para toda la humanidad. Lucha contra la barbarie, el fascismo, el racismo y el antisemitismo, de los que fui víctima. Gracias a la Corte, podemos esperar que los conflictos entre Estados no se resuelvan mediante la guerra, sino mediante el derecho“, afirmó.
Un mensaje de esperanza
Gronowski apenas habló de su increíble huida durante sesenta años. En la actualidad ha escrito libros y su historia inspiró al compositor Howard Moody a escribir la ópera PUSH basada en su vida. Actualmente sigue contando su historia por todas partes, especialmente en las escuelas, con el objetivo de transmitir un mensaje de esperanza y reconciliación a las generaciones futuras.
“Para defender la libertad y la democracia de hoy, tenemos que ser conscientes de los males de ayer. La vida es hermosa, pero es una batalla permanente. Yo les digo a los jóvenes: ‘no olvidéis nunca, viva la paz y la amistad entre los hombres“, sentenció.