Por iniciativa de la ONG Bocalán, los internos de la Unidad Penitenciaria N°48 cuidarán, educarán y entrenarán a los cachorros para que se conviertan en futuros perros de asistencia que serán entregados de manera gratuita a personas que los necesitan.
Un programa de entrenamiento de perros de asistencia se desarrolla en la Unidad Penitenciaria N°48 de San Martín, en el conurbano bonaerense, trabajo que está a cargo de internos por iniciativa de la ONG Bocalán, y los animales se entregarán gratis a personas que los necesiten para mejorar su calidad de vida.
Se trata de un programa piloto que se inició en enero de este año y que consiste en el entrenamiento de los cachorros Ñoqui y Raviol por parte de internos de la unidad, quienes los cuidan, educan y entrenan para que se conviertan en futuros perros de asistencia que serán entregados de manera gratuita a personas que los necesitan, explicó la organización en un comunicado. “Es la primera vez que una entidad privada y una pública mancomunan esfuerzos para poner en marcha un proyecto de estas características” aseguró Margarita Ziade, directora de Bocalán a cargo del proyecto.
Y destacó que “con este proyecto somos doblemente felices porque ayudamos a los internos y además, los acompañamos en su formación para que ayuden a aquellas personas que necesitan un perro de asistencia pero no pueden acceder”. “A 6 meses de iniciar el programa, hemos notado los beneficios que está generando en los internos. Desde la posibilidad de dar y recibir afecto, desde tener a un ‘otro’ para cuidar y que necesita de ellos para llegar a cumplir su misión”.
El proceso de trabajo tiene una duración de entre 18 y 24 meses, durante el cual los cachorros conviven con los internos. En ese periodo, un equipo interdisciplinario de Bocalán visita la penitenciaría para trabajar con ellos a través de encuentros formativos, talleres educativos y prácticas. Tanto Ñoqui como Raviol acompañan a los internos en sus distintas actividades diarias, desde sus trabajos, momentos de ocio y de descanso.
“A 6 meses de iniciar el programa, hemos notado los beneficios que está generando en los internos. Desde la posibilidad de dar y recibir afecto, desde tener a un ‘otro’ para cuidar y que necesita de ellos para llegar a cumplir su misión”, resaltó Andrea Bartolomé coordinadora del proyecto en representación de la Dirección General de Asistencia y Tratamiento del Servicio Penitenciario bonaerense.
