Aníbal pasó su vida en un taller de bicicletas y decidió volcar sus conocimientos en este nuevo invento que ya es sensación. Cuánto cuesta y cómo funciona.
La bicintacleta es la nueva sensación de los medios de transporte con dos ruedas. Es única, distinta, novedosa. Es una nueva forma de hacer actividad física también. ¿Por qué no? Y lo cierto es que poco a poco se va metiendo en el corazón de todos los argentinos, que preguntan, indagan y hasta sueñan con probarla.
Su creador, Aníbal, es un joven de 38 años, emprendedor y radicado en Lanús. En el sur de la provincia de Buenos Aires, el taller que le dio vida a la bicintacleta.
“Funciona como una cinta de caminar, la podés usar de forma fija o móvil. Para usarla como bicicleta, tenés que caminar en vez de pedalear y enseguida toma la velocidad de una bici, depende de uno. Lleva cambios y funciona a la par de una bici, y si corrés en vez de caminar, superás los 30 kilómetros por hora”, contó Aníbal, como si se tratase de un manual de usuario, y para despejar dudas en cuanto a su utilización.
Es que las dudas aparecen; aunque sus palabras son claras y esclarecen el panorama: “es como una bicicleta, en vez de pedalear, caminás, o corrés”, remarca.
Cómo surgió la creación
“La idea surgió a raíz de un monopatín que me había hecho mi viejo de chico, se me cruzó por la cabeza agregarle una cinta de caminar, y ahí la empecé a imaginar. La pensé, la craneé, y me mandé. Era a prueba y error, no tenía ni idea si iba a funcionar o no y fue un proceso bastante largo. Se me dificultó en un momento lograr la tracción de la cinta, que vaya para adelante, pero finalmente lo logré sacar. Me puse a investigar con todo el mundo, me empapé en el tema, pude hacer el primer prototipo, lo presenté, nadie se imaginaba cómo podía resultar, y salió”, deslizó Aníbal sobre los primeros pasos de su invento.
Aunque “en un banco de prueba voló, fue diez puntos, pero en el piso, con una persona arriba, no se podía llegar a lograr”, recordó. Y prosiguió: “Tuve que meterle cabeza a lo que es engranaje, reducción, tracciones y demás hasta que se logró. Funcionó. El prototipo era una realidad. Lo empecé a promocionar en las redes, en TikTok, en Instagram, y sin querer queriendo se viralizó un video con 9 millones de vistas. Recibí comentarios de todo tipo, y eso me llevó a tener que registrar el producto, que lo patente”.
Problemas para registrarla
Ante la posibilidad de instalarla en el mercado, Anibal se llevó una sorpresa inesperada; el producto ya existía en Países Bajos. “Me dijeron eso, que no era novedad. Pero yo seguía insistiendo en que el producto no era igual. El original es con motor, y el mío, es con transmisión manual. Seguí averiguando y pude presentar un registro de patente para finalizar el registro. Logré convertir la bicintacleta en marca, y es un orgullo.
Cómo la armó
“Lo más difícil fue la cinta de caminar, no estaba en el palo de cómo era, cómo funcionaba. Me tuve que poner en tema, así que poco a poco empecé a laburar ese tema y cómo lograr la transmisión. Después con la estructura caños y demás, no hubo problema, porque al criarme en un taller de bicicletas, eso resultó más sencillo”, puntualizó el joven de Lanús.
Que hoy en día, su pasión por las bicicletas, lo llevó a dedicarse pura y exclusivamente a ese rubro: “Me dedico a vender la bicintacleta, también bicicletas, monopatines, triciclos, cuatriciclos, todo lo que esté relacionado con ese mundo, y hace poco dejé mi otro empleo para dedicarme de lleno a esto”, precisó.
Sobre la evolución de su creación, Aníbal admite que es una forma diferente de hacer cardio, ejercicio, ojalá tenga aceptación y se introduzca en el mercado lo antes posible”.
Dónde se vende y cuánto cuesta
En cuanto a la venta del producto, Aníbal detalló que “las vendemos por Instagram (@bicintacleta) y WhatsApp, también por TikTok. La idea es hacer la web lo antes posible pero estamos esperando que empiece a despegar su comercialización. $155.300 en contado, también aceptamos ahora 12, ahora 18 y 24”.
Por último, aportó que la bicintacleta tuvo “gran repercusión, muchas críticas buenas y malas, aunque más las buenas. Recibí muchas preguntas de Chile, Uruguay, México, y me escribía gente de allá. Pero todavía no lo hacemos, es la idea. No es un producto que se haya visto, no tuvo gran visibilidad. No salís a la calle y te cruzás con eso. Ojalá tenga mucha repercusión”.