El sistema de gestión integral de envases vacíos de fitosanitarios lleva más de dos años en el país, después de la reglamentación de la ley que regula la trazabilidad y el manejo seguro de este tipo de residuos que son peligrosos para el ambiente y, a la vez, potencialmente reciclables.
En ese sentido, los productores del campo argentino cada vez son más conscientes de que, tratar de manera eficiente y eficaz los envases fitosanitarios vacíos, exige de una responsabilidad atenta de todos los actores de la cadena. Esto involucra a las empresas registrantes, productores, distribuidores y autoridades competentes.
La prohibición de toda acción que implique abandono, vertido, quema y/o enterramiento de envases vacíos de fitosanitarios en todo el territorio nacional fue oportuna, del mismo modo que la comercialización a personas por fuera del sistema autorizado.
“Día a día observamos las consecuencias de malos hábitos o prácticas que perjudican el medio ambiente, tanto en las ciudades como en el campo, y todavía nos queda mucho por hacer”, remarca Ignacio Stegmann, Director Ejecutivo de CampoLimpio, la asociación que el año pasado batió todos los récords buscando y acopiando este tipo de envases.
La ley, además, es muy clara en este sentido: si bien impone obligaciones exigiendo el cumplimiento a los actores que acatan las disposiciones, procura al mismo tiempo que quienes se mantienen por fuera del sistema, regularicen su situación.
Visto así, trabajos como el de CampoLimpio impulsan la economía verde y al mismo tiempo desalientan la proliferación de recicladores informales de los envases vacíos de fitosanitarios, que compensan económicamente a los productores para su entrega por fuera del sistema, lo que configura, además de un delito, un grave riesgo para la salud de las personas y el cuidado del ambiente.
En respuesta a este problema y con el compromiso de aplicación en todo el país, la asociación CampoLimpio articula un sistema que contempla el desarrollo de Centros de Almacenamiento Transitorios (CAT), la implementación de una logística integral, la capacitación y concientización de todos los actores de la cadena, y una trazabilidad de los envases vacíos para enviar los mismos a reciclar, recuperar, reutilizar y revalorizar, impulsando la economía circular para el beneficio de todos.
“Durante el año 2020 y con la alta complejidad por la adaptación a los protocolos y cuidados adicionales que tuvimos que implementar por la llegada del Covid-19, avanzamos sustancialmente en nuestro objetivo de extender el sistema a más localidades y provincias argentinas”, explica Stegmann.
“En 2019 y principios de 2020 teníamos 7 centros de almacenamiento transitorio de envases y actualmente contamos con 28 centros y tenemos 10 más listos para operar y esperando la habilitación de las autoridades provinciales. En ese mismo período pasamos de tener el sistema aprobado de 3 a 9 provincias y pasamos de tener centros de almacenamiento en una sola provincia a estar presentes en 5 provincias, a fines de 2020. También en 2020 hemos implementado 129 campañas itinerantes de recupero de envases para aquellos lugares en los que no tenemos CAT habilitado. Y seguimos sumando: durante el primer trimestre de 2021 hemos recuperado más de 600 mil kilos de plástico, continuando con nuestro compromiso”.
En tanto, el compromiso de CampoLimpio para 2021 es que todo el país tenga el sistema de gestión de envases en funcionamiento y contar con centros de almacenamiento transitorio en cada una de las provincias.
“Esto nos permitirá seguir aumentando la recolección y generando un mayor volumen de plástico reciclado, dándole nuevos usos productivos y así aumentar nuestro compromiso en el país”, concluye Stegmann.
FUENTE: LA NACIÓN
