Carlos Méndez comenzó a seleccionar desechos y darles una segunda oportunidad con el reciclaje, primero con su familia y luego con algún vecino colaborador, con activismo ambiental, tareas sociales, limpieza de microbasurales y luego algo más. Una pasión que creció junto a un grupo de amigos hasta convertirse en 2010 en Reciclando Conciencia, una cooperativa que ahora integran 36 personas en el partido de Pinamar.
Cuentan con un flamante camión que se incorporó al parque vehicular y a la par uno eléctrico, para trabajar en las islas de separación. Además, bajo el lema “No es basura, son recursos”, se convirtieron en promotores del cuidado del medio ambiente e invitan a la comunidad a ser parte de la limpieza en las playas.
“La cooperativa tiene algo que no todas tienen: se la reconoce como proveedora de servicio, es casi una experiencia única en el país”, cuenta Méndez sobre esta relación directa que tienen con el municipio de Pinamar, donde se hacen cargo de la planta de selección y transferencia de residuos para su recuperación.
La planta de separación tiene capacidad y recursos humanos para rescatar unos 5200 kilos de residuos reciclables por día. Tienen islas de acopio y selección de residuos, repartidas por las calles de las localidades de Pinamar, Valeria del Mar, Cariló y Ostende. Ajustadas a la estética del distrito, estas 44 estaciones –que se duplican en verano– aportan al cambio de hábitos de la comunidad local, que poco a poco naturaliza esto de separar cartón por un lado, plástico por otro y vidrio en un tercer recipiente. Durante la temporada de verano salen a hacer campañas de limpieza de playas y a concientizar sobre la importancia de separar y reciclar los residuos.
FUENTE: LA NACIÓN