Allá, por el año 2014, Lucía Chain, una diseñadora de moda y textil graduada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), presentó por primera vez una colección sobre las pasarelas argentinas en el marco del BAFWEEK para el Semillero UBA, un espacio en el que estudiantes de los últimos años de la carrera de Diseño de Indumentaria muestran una línea y compiten para ganar el concurso.
Ese año el logro fue para Chain y, luego de aquel triunfo, comenzó a desarrollar su marca. Desde ahí hizo tres BAFWEEK, y participó también en las semanas de la moda de Inglaterra, Holanda, Italia, Francia, Finlandia, Brasil, Uruguay, Chile, Estados Unidos, Costa Rica, Alemania, Rusia y Japón, siendo nombrada por Vogue Italia y Vogue Talents: uno de los próximos talentos verdes en 2018.
“Siempre supe que quería ser diseñadora, mucho antes de saber cómo se llamaba la carrera. Mi abuela era modista y me crié con ella, idolatrándola y jugando a hacer todo lo que veía que ella hacía. Ella me enseñó sobre grandes diseñadores y mirábamos desfiles o vestuarios de películas. Jugaba a tener mis propios desfiles, aprendí a coser y a bordar desde muy chiquitita. Crecí sabiendo que esto era lo que me apasionaba”, comparte Chain.
La joven estudió en la UBA, y confiesa que fue una carrera más profunda de lo que ella tenía como preconcepto. “Tiene materias como antropología y sociología, me hicieron entender que hay un más allá en el trabajo de cada diseñador, y pude así reconfirmar que eso era a lo que me quería dedicar”.
Chain es su marca. Y también su apellido. La diseñadora cuenta que su intención de fundar una marca sustentable era hacerlo lo más genuino posible y entendió que, para poder llevarlo a cabo, la única manera de lograrlo era siendo coherente con su propio estilo de vida.
“Mi vínculo con la sustentabilidad tiene que ver con una conexión conmigo misma, con mis raíces, con recuperar los valores de mi niñez y con poner en valor un estilo de vida que llevo desde hace muchísimos años. Al entender que mi trabajo y mi ser debían estar alineados, comencé a investigar y a desarrollar mis propias soluciones para llevar adelante un proyecto que fuera cada vez más sustentable”, ahonda sobre su marca y pensamiento hacia la sustentabilidad.
“Debido a cómo me criaron, a la conexión con la naturaleza y con el hacer artesanal, mi sensibilidad por los materiales nobles y las intervenciones ligadas a lo orgánico se fue dando con naturalidad. Esta transparencia, entre mi marca y mi persona, hace que el proyecto se sostenga en el tiempo, más allá de las colecciones”, apunta la diseñadora.
Para lograr que su emprendimiento sea zero waste y plantbased, la creativa cuenta que los elementos que utiliza son materias primas de producción local y consciente, de origen vegetal, como el algodón puro elaborado en Chaco y Corrientes, el cual ella confecciona a partir del diseño de un patronato pensado especialmente para no generar residuos textiles, y con el rediseño de un sistema productivo que optimiza recursos y el uso de energía.
Luego de ese primer paso, interviene estas prendas con tintas naturales o tintas biodegradables. Los botones son realizados a mano con descartes de maderas de madereras cercanas. Así, sus prendas tienen la intención de lograr un producto biodegradable al final de su ciclo.
¿Qué prendas hace? Lucía Chain fabrica indumentaria para hombres y mujeres. Pero no con molderías tradicionales. La diseñadora cuenta que suele jugar con mezclar tipologías en cada diseño. Sin embargo, responde ante la pregunta de cuáles son aquellas con las que más se identifica: “Las camisas y los sacos con corte kimono”.
Chain disfruta mucho todo el proceso, tanto creativo como productivo. Sin embargo, revela que su parte favorita es el momento en el que comienza a bajar la inspiración, que la pone en palabras y que la relaciona con los libros que leyó, la música que escuchó y la exposiciones que visitó. A partir de ahí, la diseñadora comienza a dibujar y a transformar el concepto en un producto.