Un hombre de 70 años sin techo, llamado Tim Shea, es la primera persona en Estados Unidos en vivir en una casa realizada con una impresora 3D. Shea se mudó a la casa ubicada en la periferia de Austin, en Texas, donde se construyeron viviendas para las personas sin techo, seis de ellas con esta tecnología. “Cuando descubrí que sería la primera persona en Estados Unidos en mudarse a una casa hecha con una impresora 3D, pensé que era algo realmente fantástico“, dijo el anciano.
Esta nueva vivienda está situada en el complejo Community First Village, que se compone de casas diseñadas para personas sin hogar. La urbanización de más de 20 hectáreas cuenta hasta el momento con más de 500 viviendas, entre las que se encuentra la variedad 3D construida por la empresa Icon, con sede en Austin.
De la motorhome a una vivienda fabricaba con impresoras 3-D
Shea se encuentra entre el creciente número de adultos mayores de Estados Unidos que han luchado por conseguir una vivienda asequible. Antes de su casa en 3-D vivía en una comunidad de casas rodantes.
“Creo que, por mi experiencia personal con mi anterior estilo de vida, desarrollé un caparazón”, dijo Shea a medios estadounidenses. “No me sentía seguro, y cada vez que tenía la oportunidad, me escondía o me aislaba. Nunca quise relacionarme con la gente“, agregó.
Shea, que ya ha superado la adicción al alcohol y las drogas, eligió un diseño de planta abierta porque tiene artritis y puede llegar a necesitar una silla de ruedas. Los materiales utilizados para construir estas casas se consideran más resistentes en caso de catástrofes como los huracanes que suelen golpear esa región. “Cuando me enteré de que iba a ser la primera persona de Estados Unidos en mudarse a una casa impresa en 3D, pensé que era fabuloso“, dijo Shea y agregó que “la misma gente de la que solía huir, ahora me está ayudando“.
Quién construye las viviendas 3-D para personas sin techo
La organización sin ánimo de lucro Community First invirtió 18 millones de dólares en la aldea de casas diminutas, en Austin, para ayudar a las personas sin hogar. La aldea tenía inicialmente espacio para 180 residentes, que pagan unos 300 dólares de alquiler que pueden abonar realizando diferentes trabajos en el predio.
La comunidad se estableció en 2015, y fue creada por el promotor inmobiliario Alan Graham, quien pasó las últimas dos décadas como asistente social en las calles de Austin a través de un proyecto llamado Mobile Loaves & Fishes. Para Community First Village, la elección de probar la nueva tecnología fue una extensión natural de su voluntad de experimentar y ayudar a quienes más lo necesitan.
FUENTE: CLARÍN