Por videollamada y exhaustos, Wenceslao Villegas (22), Sebastián Calvera López (23), Julieta Porta (22) y Sergio Dubón Carrillo (25) celebraron su logro: cumplieron la consigna del “Space Apps Challenge” de la NASA y desarrollaron una aplicación para solucionar una problemática mundial. Pero no solo eso. El equipo representante de la Argentina –formado por tres mendocinos y un guatemalteco se enteraría –meses después– que fue uno de los mejores a nivel mundial, entre las 2.300 propuestas. Fueron reconocidos y premiados por las agencias espaciales internacionales (CSA, CNES, ESA, and JAXA).
“Participamos porque era una oportunidad más para aprender y ver cómo desarrollarnos a nivel internacional“, comentó Julieta Porta, estudiante mendocina de Ingeniería en Dirección de Empresas. Tan pronto como Wenceslao, estudiante de Ingeniería de Sistemas, pasó por WhatsApp la información de la competencia de la NASA su amigo de la secundaria e ingeniero mecánico Sebastián aceptó el reto y, juntos, empezaron a formar el equipo.
Un par de mensajes fueron suficientes y pasaron a ser cuatro integrantes: se sumó Julieta, amiga de la facultad de Sebastián; y Sergio, un ingeniero químico y estudiante de programación de Guatemala, a quien Wenceslao conoció en un intercambio en Corea del Sur. Así, “Zonda Incorporated” cobró vida y entraron en competencia el 2 y el 3 de octubre del 2020.Los jóvenes amantes de la ciencia y la tecnología ya habían participado en hackathones para probar sus conocimientos, pero quizás ésta haya sido la de mayor convocatoria: 26.000 personas de más de 150 países.
Su reto elegido –entre las 23 problemáticas presentadas– fue las inundaciones. Como latinoamericanos sabían que ésta es una “terrible catástrofe” que precisa una resolución urgente ya que, según investigaron, es la que más pérdidas de vida, de materiales y de costos genera.
“Una vez que averiguamos conceptos generales, comenzamos a pensar una idea que aportara valor y tuviera impacto“, dijo Sebastián. Así, se dividieron las tareas y trabajaron de manera asincrónica, cada uno desde su casa: Julieta y Wenceslao desde Mendoza; Sebastián, en Bariloche y Sergio, en Guatemala (la diferencia horaria, otro reto).
Con el paso de las agujas de la primera jornada esbozaron el prototipo de la app “Flut Mapper”: una herramienta que realiza mapeos de las inundaciones en tiempo real y genera simulaciones de futuros eventos. ¿Cómo? A partir de las imágenes del Sentinel-1, el satélite artificial de la Agencia Espacial Europea (ESA). Así, estima los daños y permite a los gobiernos tomar decisiones para mitigar riesgos y salvar vidas.
“Mientras haya 1% de posibilidades habrá 99% de fe“. Esta frase podría sintetizar lo que sintieron al entregar el proyecto. Entre risas, se les ocurrió calcular las chances que tenían de ganar: menos del 1%.
Contra sus expectativas, los meses que siguieron fueron de asombro: primero llegó el festejo por quedar seleccionados entre los mejores de la región (Mendoza, San Juan y Bariloche); después, la emoción por pasar al siguiente filtro y estar nominados a nivel global –entre “los mejores 40 del mundo”–; y, por último, la gran victoria.”Cuando llegó el mail diciendo que éramos ganadores nos costó creerlo. Nos premiaron en las categorías ‘Mejor Innovación’ y ‘Euro Data Cube’”, cuenta risueño Sebastián acerca del gran logro que los colocó entre el top ocho. “Resultaba imposible, pero ahí te das cuenta que el que no intenta no gana“, acotó Sergio.
“Uno piensa que las agencias espaciales internacionales están distantes, pero con trabajo se puede llegar“, dijo Julieta, quien ansía poder conocer la NASA por dentro. La invitación está, pero con el Covid no se pudo concretar.
No solo la agencia espacial estadounidense los reconoció sino también la ESA, que les otorgó una licencia valuada en $5.000 euros para acceder a la base de datos de imágenes satelitales y al software para que “Flut Mapper” se vuelva realidad.
“Si se llega a escalar a nivel país puede cambiar cómo se manejan las crisis por inundaciones y generar un alto impacto“, sostuvo Sergio. Ahora, mientras forjan alianzas con entes privados y públicos para sacar el mayor valor de su propuesta, esperan que su historia incentive a otros jóvenes a plantear sus ideas, porque en ellos puede estar la gran solución para resolver una desafiante problemática global.
FUENTE: CLARÍN