Evie-Mae Geurts fue registrada como ciega a los pocos meses de edad, y cuando su cabeza comenzó a hincharse unos meses más tarde, su madre de 28 años buscó ayuda.
Los médicos descubrieron que tenía hidrocefalia, la acumulación de líquido en los ventrículos en lo profundo del cerebro cuando tenía solo ocho meses. La presión dentro de su cabeza era 32 veces mayor de lo normal y los médicos advirtieron que no había solución, que el daño en el cerebro ya estaba hecho. Únicamente podían aliviar su dolor.
La presión significó la pérdida de la vista para siempre y probablemente nunca aprendería a caminar y hablar. Contra todo pronóstico, la pequeña recuperó la vista y se curó a sí misma de su infección cerebral que iba a acompañarla durante toda su vida. Esto significó no solo la recuperación de la vista, sino también aprender a caminar y hablar.
Evie-Mae es la mejor de la clase y puede ver perfectamente sin gafas. Eso sí, todavía se somete a exámenes para su progreso y los médicos están asombrados por su gran evolución.