La alerta por el cambio climático y el calentamiento global nos obliga a concientizarnos y a desarrollar, con carácter de urgencia, acciones relacionadas con la sostenibilidad que pueden aplicarse a varios terrenos. Uno de los sectores que en este sentido está desarrollando algunas líneas de acción, es el sector de la moda.
Por suerte, son cada vez más los fabricantes textiles y los diseñadores que son responsables con el impacto medioambiental que provoca su sector y que están descubriendo que la elegancia no está reñida con la sostenibilidad.
Además, en un oficio en el que la imaginación y la creatividad son herramientas imprescindibles para llevarse a cabo, las posibilidades en la reinvención de materiales de confección, tiene un abanico inagotable en fuentes primarias como, por ejemplo, las algas.
El diseñador Phillip Lim opina que el empleo de lentejuelas en prendas es un desperdicio de plástico impresionante y es por eso que se puso en contacto con la Slow Factory Foundation que une a científicos y diseñadores con interés por las tecnologías regenerativas, la producción equitativa y los modelos de economía circular. Surge, de esta manera, la colaboración de Phillip con Charlotte McCurdy, una investigadora que ha realizado una variedad de proyectos de moda sostenible, para dar vida a un vestido lujoso cubierto con lentejuelas de algas que no contienen petróleo ni otros materiales sintéticos.
Ambos creyeron que era posible llevar a cabo la prenda a través del proceso mediante el que McCurdy extrajo carbono del depósito atmosférico y unió la sustancia orgánica con calor para crear un impermeable resistente al agua hecho de microalgas marinas. El bioplástico que se obtiene, se vierte en moldes y se convierte en láminas a las que se les puede dar la forma deseada.
Lim y McCurdy obtuvieron una base de malla de PYRATEX, una marca con sede en Madrid, que se especializa en una fibra de algas y bambú llamada SeaCell que es tanto antitranspirante como termorreguladora y era ideal para hacer realidad el vestido que el diseñador tenía en mente. El resultado es este impresionante vestido de noche de manga sisa y de largo por debajo de la rodilla lleno de incrustaciones de color verde esperanza, la que aún mantenemos por salvar el planeta de nuestras destructivas acciones.