En pos de preservar idiomas originarios, la ONU establece que la educación en la lengua materna debe empezar desde los primeros años de escolaridad, ya que la atención y la educación de la primera infancia son la base del aprendizaje.
Al celebrarse este domingo el Día Internacional de la Lengua Materna, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) enfatizó la importancia de la diversidad cultural y lingüística para las sociedades sostenibles e instó a integrar estas lenguas en los programas educativos.
Con el lema “Fomentar el multilingüismo para la inclusión en la educación y la sociedad”, este año la jornada llama a los encargados de formular políticas, educadores y maestros, padres y familias a comprometerse con la educación multilingüe para promover la recuperación de la educación tras los efectos de la pandemia por COVID-19.
La UNESCO trabaja en favor de preservar las diferentes culturas e idiomas para fomentar la tolerancia y el respeto de los demás y reconoce que las lenguas y el multilingüismo pueden ayudar enormemente a formar sociedades incluyentes que no dejen a nadie atrás, un propósito que se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El organismo de la ONU considera que la educación impartida en la primera lengua o la lengua materna es vital para la supervivencia de los idiomas mismos y que se debe empezar desde los primeros años.
“La pérdida de las lenguas indígenas afecta a todas las sociedades, no sólo delimitadas por las fronteras artificiales de los Estados, pues contienen respuestas novedosas que no han sido recogidas por los sistemas occidentales de creación, difusión y validación del conocimiento. El plurilingüismo es un requisito de las sociedades complejas, pero para que los pueblos indígenas puedan participar en igualdad de condiciones es necesario reconfigurar también los paradigmas desde los cuales se valoran sus lenguas”, puntualizó Verónica Figueroa Huencho, profesora asociada del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile e investigadora del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR) en una entrevista con la UNESCO.