Lic. Patricia Kazez: “Como seres humanos tenemos la posibilidad de elegir cómo mirar el mundo”

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En una charla fondo, la psicoanalista Patricia Kazez (patriciakazez@gmail.com) dialogó con Optimism sobre la salud mental, cómo afecta la pandemia, la forma de mirar la vida, y la capacidad de ser optimista.

– Sabemos de los daños físicos de la población por la pandemia. ¿Hay un daño en la salud mental de la sociedad que deba llamarnos a actuar diferente , con mayor atención?

Sin duda, así es. Iria Grande, secretaria de la Sociedad Española de Psiquiatría, nos llama a la reflexión al respecto refiriéndose a “la huella psicológica y social que la pandemia dejará en la mayoría de la población”. El punto está en que desconocemos el grado de impacto que a largo plazo esto va a tener en la salud mental de la sociedad en general y de cada individuo en particular, y fundamentalmente, si va a tener efectos en la constitución psíquica de los niños. Lo que si podemos afirmar es que tendrá impacto. Para que se entienda mejor, nosotros somos seres sociales por definición, el distanciamiento social y físico son factores de riesgo asociados a la salud mental.  Hoy conocemos los efectos actuales tales como angustia, ansiedad, depresión, trastornos en el sueño y alimentarios, irritabilidad, aislamiento, síntomas físicos, autolesiones, desbordes emocionales, regresiones en los niños más pequeños, abuso de alcohol y sustancias, violencia familiar. Suelen agravarse las problemáticas ya existentes; por otra parte los familiares de las personas fallecidas no han podido despedirse como es debido lo que trae como consecuencia dificultades en el proceso de elaboración del duelo. Debemos estar muy atentos en estos trastornos y cómo evolucionan y que comportamientos traerán a futuro.

Con este escenario, ¿qué observas?  ¿Qué le pasa o pasó a la gente? ¿Cuáles son las consultas más frecuentes que te llegan?

Se ha producido una ruptura de la vida cotidiana, se desvaneció la sensación de seguridad, dejando al descubierto la percepción de vulnerabilidad, esto genera un fuerte impacto. Somos seres biopsicosociales. Lo social ha quedado restringido, si bien hemos hecho lo posible por mantener los vínculos con la ayuda de la tecnología y con los cuidados necesarios podemos volver a tener contacto social, falta el abrazo, poder descubrir en el otro su emoción que hoy queda enmascarada por el barbijo, es complicada la cercanía afectiva con protocolo. Para el individuo el lazo social es vital, es un tejido que funciona de red, aloja, sostiene, brinda un marco de contención, permite la satisfacción de necesidades. Sin duda nuestra salud física, más precisamente nuestro sistema inmunológico, no está escindido de ello, entonces de cómo estemos socialmente y de nuestras emociones va a depender también nuestra salud física que tan en el centro de la mira está en este momento con la pandemia. El encuentro con cada persona es único, porque cada persona lo es y las problemáticas lo son. Ello nos exige y compromete a estar atentos al sujeto. Tanto como psicoanalista con mis pacientes o como coach con mis clientes  escucho sus posibilidades, trabajamos para ayudar a que la persona las pueda ver. Se trata de potenciar todo lo que sí puede, de iluminar sus zonas oscuras, encontrar luz en la oscuridad. La pandemia se presenta como oscuridad. 

Frente a esta realidad, ¿se puede ser optimista?

Claro que si y debemos intentarlo siempre.  El optimismo es definido como la actitud del sujeto que ayuda a enfrentar las dificultades con buen ánimo y perseverancia, descubriendo lo positivo de las personas y las circunstancias. Es una forma de interpretar y afrontar el mundo. No se trata de los acontecimientos externos con los que nos encontramos sino de lo hagamos con ello. Una persona optimista no se detiene en el problema sino que va en busca de la solución, tiene la capacidad de caer porque sabe que va a levantarse, tiene la habilidad de aprender de sus experiencias, superar obstáculos y adversidades. Se trata de vivir las crisis como oportunidades y animarse a enfrentar el desafío. Implica una valoración positiva, una manera de caminar por la vida, requiere convicción, confianza, es un acto de fe.

– ¿ Podemos decir que ello es para todos, o mejor dicho que todos tenemos esa capacidad de ser optimistas?

Como seres humanos tenemos la posibilidad de elegir cómo mirar el mundo, cómo afrontarlo y hacer algo con eso que nos pasa, no podemos vivir culpando al otro, a nuestro pasado o nuestras circunstancias, somos dueños de nuestra vida y responsables de lo que elegimos hacer con ella.

– Con este escenario, ¿qué observas que le pasa o pasó a la gente?

Es un momento donde sale a la luz lo que cada uno tiene adentro, lo peor pero también lo mejor. Hay familias que se unieron muchísimo respetando los espacios individuales, otras no pudieron con esto y decidieron consultar. Aumentaron las consultas  que permiten trabajar para superar  aquellas  dificultades que la realidad  hizo emerger como novedosas  o  en síntomas que se arrastraban con anterioridad  y se manifestaron  más aun en el nuevo escenario. También debemos marcar que en otros casos es  una pausa necesaria, momento de encuentros íntimos consigo mismo y con los vínculos más estrechos lo que permite un crecimiento interior significativo que posibilita  salir transformados de esto.

– ¿Cuáles son los factores que inciden en una persona para poder sobreponerse?

Es importante poner foco en los factores positivos o protectores de las personas, es decir, las condiciones o los entornos capaces de favorecer un desarrollo resiliente, nos referimos con este concepto a la capacidad del ser humano para enfrentar las adversidades de la vida, superarlas y salir fortalecido o transformado positivamente por ellas. Francisca Infante afirma que un individuo no sólo carece o se enferma sino que es capaz de buscar sus propios recursos y salir fortalecido de la adversidad. Es necesario identificar los factores que inciden en la capacidad de sobreponerse de situaciones adversas, se trata de los recursos individuales y sociales, son atributos que tienen las personas como la habilidad de adaptación, introspección, independencia, iniciativa, capacidad para vincularse, sentido del humor, creatividad, pensamiento crítico constructivo, actitud positiva, autoestima, a esto debemos sumarle la familia y las instituciones que han podido acortar las distancias mediante la tecnología proponiendo espacios educativos, recreativos, culturales y sociales funcionando estos en muchos casos como soporte y contención.

– ¿Qué aprendizaje nos deja la pandemia?

La pandemia ha posibilitado una valoración de lo que tenemos. ¿Quién no ha escuchado decir “quiero volver a mi vida normal”?. Se valora la escuela en los niños, a los médicos, los científicos, la necesidad de cuidar nuestros mayores, conciliarnos con nuestro planeta, el simple hecho de caminar por la calle a cara descubierta, los afectos, el abrazo. Se re ordena la escala de valores para muchos, esta es una gran oportunidad. Para quien sepa  y pueda aprovecharla sin duda habrá un antes y un después.

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Andres

Mis felicitaciones a la Lic. Kazez, gran persona y gran profesional. !!