Una residencia geriátrica de Brasil y un grupo de voluntarios se propusieron este verano acercar el mar a los adultos mayores.
Se trata de la casa para ancianos De la Maris, que se ubica en la ciudad de Itararé en el estado de San Pablo y que desde diciembre lleva adelante una acción que conmueve. Los trabajadores del lugar y un grupo de voluntarios se encargan de llevar a los residentes a disfrutar del mar con sillas anfibias y en otros casos los ayudan a caminar por la orilla.
En la cuenta de Instagram del lugar son varias las historias que conmueven, como el caso de doña Odete, una mujer de 100 años que estaba acostumbrada a caminar por la playa hasta los 80, hasta que fue perdiendo su movilidad y se volvió más solitaria. Después de la pandemia a no quería salir ni en auto y a pedido de su familia, los voluntarios la llevaron a la playa donde volvió a ser feliz y hasta prometió darse un chapuzón la próxima vez.
Otra historia es la de María Isabel, de 93 años, que siempre disfrutó de la playa hasta 2017. Los trabajadores de la residencia aseguran que cuando la invitan a ir al mar su humor cambia por completo y regresa la alegría a su rostro.
La diversión y el movimiento llegaron para todos los ancianos, muchos de los cuales habían pasado décadas sin meterse al mar.