Los Espartanos: la reinserción social de presos a través del rugby

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POR SEBASTIÁN SAAVEDRA

En marzo de 2009, Eduardo Oderigo, abogado penalista y ex rugbier del SIC, visitó por primera vez el complejo de máxima seguridad de San Martín. Allí, encontró desesperanza, violencia y personas desocupadas. Días después volvió con una pelota de rugby.

Santiago Cerruti, coordinador general y miembro fundador de Fundación Espartanos nos cuenta la historia que germinó ese día sobre Los Espartanos, un equipo de rugby que nació en la unidad penal 48 con la iniciativa de bajar la tasa de reincidencia colectiva, y hoy tiene más de 3000 jugadores.

Los Espartanos fueron visitados en el penal por los All Blacks

– ¿Cómo nacen los Espartanos?
Esa noche de marzo que Eduardo Oderigo visitó por primera vez el complejo de máxima seguridad de San Martín, encontró desesperanza, pero volvió con la pelota de rugby y ese mismo día entrenó a unas 15 personas privadas de su libertad. Con el tiempo se creó el primer equipo de rugby “Los Espartanos”.
El nombre del equipo “Espartanos” proviene de la película 300, un filme que veían todos los internos en la noche. Se sintieron identificados con los soldados de Antigua Grecia porque el espartano no tiene dolor, sufrimiento, no siente calor ni frío, por esta razón decidieron llamarse así. Diez años después, hay más de 650 voluntarios, 3.030 jugadores, se replicó el “modelo espartano” en 65 unidades penales, en 21 provincias y en 7 países. Además, hay 80 empresas empleadoras de personas que transformaron su vida gracias al deporte, la espiritualidad, la educación y el trabajo.

– ¿De qué manera consideran que esto le cambia la vida a un preso?
El rugby tiene valores que permiten enseñar a pensar en equipo, dejando de lado las individualidades. Lo que se transmite es mucho más sutil que una técnica deportiva. A través de sus valores, el respeto, la humildad, el compañerismo, honestidad y perseverancia, se puede enseñar lo que está bien y lo que está mal. Es un deporte de contacto que también permite drenar la energía que tienen contenida en contexto de encierro, y a su vez, les permite generar un sentido de la pertenencia que los ayuda a salir adelante, a confiar nuevamente en el otro y en ellos mismos. El desarrollo de cada jugador/interno, obviamente depende de cada uno pero hablando en líneas generales, se va dando de a poco, empiezan a ser más abiertos sobre sus vidas, más sensibles, te miran a los ojos, comienzan a sentir empatía por el otro. De a poco se empiezan a preocupar por el que tienen al lado, cuando en la cárcel debes cuidar de vos mismo y protegerte de los demás. Piensan en el prójimo, en sus familias, en la gente que dañaron, y se arrepienten de sus errores. A través del rugby aprenden el valor del esfuerzo, del respeto, del sacrificio, compañerismo y amistad.

El famoso haka en la unidad penitenciaria donde los All Blacks dieron una clínica de rugby

– Nos gustaría conocer algún ejemplo puntual de reinserción.
La historia más reciente de transformación la pueden leer completa en nuestro Instragram @fundacionespartanos. Antes de estar privado de su libertad, Gabriel “Mambo” acostumbraba a dormir con un arma bajo la almohada. El camino del delito lo llevó a estar preso durante 4 años, tiempo en el que conoció a los Gladiadores de la U47 de San Martín. Al recuperar su libertad, realizó prácticas laborales en nuestro programa entretiempo y ahora trabaja para la empresa Urbano Express. Algunas frases de Gabriel: “Mi vida era un desastre. Yo me crié en una familia que vivía de la delincuencia. De niño vi como mis hermanos llegaban a casa con oro, dólares y coches. Yo vi de dónde sacaban esas cosas. Fui a la escuela hasta sexto grado y a los 13 años comencé a robar. No aprendí a hacer otra cosa que eso. Con el deporte aprendí muchos valores, el rugby me enseñó a controlar la ira, yo me sacaba toda la bronca en la cancha. No hay nada más lindo que estar en libertad, salir a la plaza, comer algo con tu familia, sin que la policía te busque. A mí me encanta mi trabajo. Tengo unos compañeros que me hablan, que me dicen que no baje los brazos, me alientan a que siga adelante y yo estoy súper contento. Ahora me levanto a las 5 de la madrugada, me voy a trabajar, llego a mi casa y estoy tranquilo. Mi vida es otra”.

– Sabemos que las estadísticas de “Los Espartanos” es bajísima, ¿eso les da aún más ganas de seguir ampliando la fundación? Y si está en planes ¿de qué manera lo están pensando ?
El programa Espartanos es un modelo integral que se basa en 4 pilares: el rugby, la educación, la espiritualidad y la vinculación con el mundo del trabajo. Buscamos que más penales puedan replicar nuestro programa que ayuda a transformar la vida de las personas privadas de su libertad. Para ello creamos la Comunidad Espartana, que está integrada por otras organizaciones nacionales e internacionales que tienen como norte el trabajo que venimos desarrollando desde 2009. Lo que hacemos en la Comunidad Espartana es orientar y brindar información a todos sus miembros para que puedan replicar nuestras actividades de la mejor manera posible. No obstante, cada penal y cada región es distinta y dependen mucho del contexto en el que se encuentren. Actualmente, el modelo Espartano es replicado en 65 unidades penales, en 21 provincias y 7 países.

– ¿Cómo puede ayudar la gente a este proyecto?
Las personas pueden sumarse a nuestra causa a través de donaciones, brindando empleos a espartanos que recuperaron su libertad, ofreciendo capacitaciones dentro del penal o acompañándonos como voluntarios en nuestras actividades deportivas, educativas y espirituales. Para más información, pueden ingresar a nuestra web: fundacionespartanos.org

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