Quien haya nacido o viva en Argentina, probablemente conoce que una de las tradiciones más grandes de nuestro país, que aún sobrevive en muchas familias, es la de comprar un sifón de soda para acompañar cada comida.
Aunque su popularidad cayó en las últimas décadas y el sifón cambió de formato en múltiples ocasiones, todavía es un producto muy consumido y así lo demuestran los rankings.
Es decir, mediante un estudio internacional se comprobó que Argentina es el segundo país del mundo donde mayor cantidad de soda se consume al año.
¿Cuánta soda se consume en Argentina?
Tras recopilar la información necesaria para armar el listado oficial, la empresa SodaStream dio a conocer que en Argentina se toma un promedio de 2.361 millones de litros de soda al año.
Ante la enorme cifra, el mismo ranking también dio a conocer que nuestro país se posiciona en el segundo puesto internacional, solo superado por Alemania que consume prácticamente el doble: 4.711 millones de litros al año.
Posteriormente, el mismo análisis llegó a la conclusión de que la soda también se disfruta, con mucha frecuencia, en las mesas de Rusia, Estados Unidos e Italia, entre otras naciones.
¿Por qué este producto es tan popular en Argentina?
Al pensar en la gastronomía de Argentina, es fácil pensar rápidamente en el asado, las empanadas, las milanesas y la pizza. Curiosamente, millones de personas acompañan estas comidas con vino que, en muchos casos, también llega a la mesa junto a un sifón de soda.
Entonces, desde la fundación de la fábrica argentina de licores y soda Domingo Marticorena en 1860, esta bebida se ha ganado el corazón de muchas personas, que lo han transmitido de generación en generación.
Por lo tanto, actualmente existen muchos jóvenes que siguen la tradición heredada de sus abuelos y sus padres, que consiste en comprar soda, disfrutarla en cada comida y, en ocasiones, mezclarla con vino.
¿El sifón de soda es un invento argentino?
Con el correr de los años, en Argentina se difundió la idea de que el sifón de soda es un invento nacional. Y, aunque es un recipiente muy querido, no surgió en nuestro país.
Al retroceder en la historia es posible confirmar que el primer sifón, utilizado para almacenar agua de seltz, salió al mercado en 1775, dentro de la ciudad alemana de Niederselters.
Seis décadas más tarde, John Mathew creó el agua carbonatada en 1832 que, como ya lo hemos mencionado, se popularizó en Argentina a partir de 1860.
Finalmente, en 1965 inició la venta, en nuestro país, del sifón Drago, desarrollado por la empresa homónima y recordado por su aspecto metálico, como consecuencia de su diseño en acero inoxidable. En aquella época marcaron un antes y un después en el consumo de soda, ya que:
- Tenían un sistema automático.
- Solían alcanzar una capacidad máxima de 1,6 litros, aunque se fabricaron unidades de 1 litro de almacenamiento y otras de 2 litros.
- Se podían cargar de forma sencilla, en la casa de quienes consumían su soda, a través de una válvula de carga en la base, que luego se trasladó a la “cabeza” del sifón.
FUENTE BILLIKEN