“Mi papá tenía una camioneta diesel que fallaba permanentemente. En otoño y en invierno recuerdo que salíamos a pedir ayuda a algún vecino para empujarla y mantener caliente el motor. ¡Todo esto hacía un ruido terrible!”. Así empieza el relato de Carlos Puga, el hombre que a los 23 años construyó uno de los primeros autos solares en la Argentina en el único lugar que tenía a su alcance: el living de su casa en el barrio de Ramos Mejía.
“En 1988 yo era un joven técnico en electrónica cuando Ariel Ciro Rietti -otro pionero de la electromovidad-, hacía rodar por las calles porteñas a su prototipo solar Ariel Ra. La camioneta de mi padre y el entusiasmo y la originalidad de Rietti fueron mis dos grandes motivaciones para dar rienda a mi propio vehículo”, contó Carlos en diálogo con TN.
Los comienzos y los obstáculos
En ese momento comenzó a tomar forma el sueño de Carlos, la creación de su modelo eléctrico -que llevó el nombre de “Tronador” en homenaje al Cerro homónimo que había visitado en 1986-, para participar de una competencia local de móviles eléctricos. El entusiasmo estaba intacto, pero faltaba resolver un detalle no menor: un lugar donde construir el auto.
“Si bien disponía de herramientas manuales y eléctricas, uno de los problemas principales es que no tenía un garaje en mi casa. Con el total apoyo de mi madre y una negociación acorde -prometí mantener todo impecable ¡y lo cumplí!- pude utilizar el living de casa para diseñar y armar el auto”, recordó Carlos entre risas.
Algunos obstáculos más
Una vez dentro del living, Carlos debió tener en cuenta que tenía que sacar el auto por la puerta de calle y adaptó las medidas para conseguirlo. Mientras tanto, vecinos y amigos de Ramos Mejía lo ayudaron a obtener los materiales.
“Ya había conseguido un lugar, ahora tenía que conseguir los materiales. El señor Rietti, me cedió a préstamo el panel solar fotovoltaico y un motor eléctrico de corriente continua. Lo cual ya era muchísimo porque las baterías y el resto de la tecnología que se conseguía en esa época en nuestro país para construir un vehículo solar/eléctrico eran o muy básicas o extremadamente caras. Resulta increíble el apoyo y la ayuda de la gente que recibí en ese momento”, contó emocionado.
En octubre de 1988, Tronador, el primer vehículo solar de Zona Oeste, estuvo listo para rodar y competir. Tronador se diferenciaba por su diseño más ágil, liviano y pequeño, aprovechaba mejor la energía eléctrica, además utilizaba la energía solar para su recarga de baterías. Su autonomía era de 2 horas y media de uso continuo y su velocidad máxima alcanzaba los 40 km/h, lo cual era sorprendente y un desafío para la época.
En el año 1991, la Fundación URBE, con apoyo de Canal 13 y varios artistas, entre ellos el cantante Sylvestre, Paula Martínez y Horacio Fontova, se organizó el “Primer Rally Ecológico de la Ciudad de Buenos Aires”. Tronador, conducido por Sylvestre, que además era expiloto de kartings, logró cruzar primero la meta.
El desafío mundial y la docencia
En 1996, Puga fue el primer argentino en viajar a Australia para ver el World Solar Challenge (WSC),una competencia de autos solares de 3000 km de recorrido. Ahí entabló una amistad que aún perdura con Hans Tholstrup, creador del WSC y volvió lleno de experiencias y entusiasmo, con la idea de construir un nuevo vehículo solar para participar de la competencia. Buscó sponsors para solventar los costos, pero finalmente no pudo concretar el viaje.
“Hasta el día de hoy ningún argentino ha podido participar en el WSC. Para mí es un sueño que no se cumplió a nivel personal pero también a nivel colectivo. Representa una linda oportunidad para nuestra nación de demostrar las capacidades técnicas y productivas que tenemos”, explicó Carlos.
Como rendirse no es una opción, el 4 de marzo de 1999 Puga invitó a Hans Tholstrup a realizar la primera conferencia sobre electromovilidad en Latinoamérica.
“Para mí nunca se trató solo de Tronador o de un logro personal. Siempre me movió la necesidad de construir algo y que ese algo sea también un punto de partida para otros. Para enseñar. La razón de ser del docente es la visión hacia el futuro. Hasta el día de hoy me sigue moviendo ese objetivo: educar, ayudar a concientizar acerca de la importancia que tiene el desarrollo de la Movilidad Eléctrica en la Argentina”, sostuvo el docente, proyectista deEnergía Solar y licenciado en Comercio Internacional.
“Desde hace años, hago docencia en el tema en distintas partes del mundo y participo en todo tipo de eventos vinculados a los vehículos eléctricos. También me mantengo en permanente contacto con colegas del extranjero. “La electromovilidad en Argentina, tiene muchos adeptos y empresas vinculadas al sector, pero falta la regulación. Una ley de Electromovilidad para que las industrias tengan un panorama claro para invertir en el sector”, concluyó Carlos Puga.
FUENTE TN