El 19 de julio se inauguran en la Ciudad de Buenos Aires 11 muestras. Suena a una movida grande. Pero no si se agrega que convivirán con otras 175 exhibiciones en 70 ciudades de 28 países y con la participación de más de 400 artistas de todo el mundo.
Se trata de la cuarta edición de Bienalsur (Bienal Internacional de Arte del Sur), lanzada en Mar del Plata hace pocos días con renovada vocación cosmopolita. El evento se llevará a cabo entre junio y diciembre de este año y tendrá múltiples curadurías, miradas y artistas.
“Cualquier institución cultural de un país, para nosotros, tiene la misma importancia que los museos más importantes del mundo —dice Aníbal Jozami, director general—. Podemos estar en Fuerte Apache o en el Barrio 21/24 y poner la misma fuerza, voluntad y capacidad creativa que cuando estamos en el Museo Reina Sofía de Madrid, o en París en cualquiera de las grandes instituciones de arte que hay a nivel internacional. Este es un esfuerzo muy grande que fue incubado en una universidad pública argentina. Lo hacemos porque su éxito y repercusión en todos los lugares crea un reconocimiento hacia Bienalsur y hacia la Argentina, donde nació, llevando a nuestro país a lugares del mundo donde no estábamos presentes. En estos días hemos recibido un mensaje público de Audrey Azula, directora general de Unesco que saluda el inicio de la cuarta edición y describe la importancia que tiene para Unesco que exista un proyecto como este que recorre 18.370 kilómetros de arte contemporáneo”.
En su ambición y diversidad, Bienalsur 2023 parece conservar el propósito común de poner en escena temas urgentes para sumar a debates y reflexiones sobre los que el arte tiene mucho para decir. En el museo Mar, de Mar del Plata el artista Esteban Álvarez montó una instalación tan bella como inquietante: “Un año de aire”.
Hay una nube flotante, compuesta por botellas de descarte que volverán al circuito de reciclado cuando baje la exposición. ¿Será una medida del tiempo que nos queda antes de perder esa masa que nos une y nos permite estar vivos? Con un grupo de curadores audaces, el punto de partida fue proponer la resignificación de objetos de todos los días. Darle nuevos sentidos a las cosas de la vida cotidiana, para lo cual convocaron a 21 artistas de Francia, Turquía, Uruguay, Colombia, España, Argentina y Brasil. En el contexto global de la muestra de este año, se suman además artistas de Senegal, Arabia Saudita, Perú, Chile, Guatemala o Austraila.
Ecofeminismos, fake news, narrativas políticas o democracias, nada menos, atraviesan lo que puede verse en el Museo Histórico y Numismático Héctor Carlos Janson del Banco Central, Museo Casa de Yrurtia, Museo de la Historia del Traje, Museo Nacional de Arte Decorativo, Museode Bellas Artes, MUNTREF y el CCK de la Ciudad de Buenos Aires.
Entre los artistas que llegan a la capital de la Argentina, está el famoso coreógrafo alemán-estadounidense William Forsythe con su proyecto “William Forsythe, Buenos Aires”; el español Marc Vilanova; la francesa Kalie Granier. Además de CABA y Mar del Plata, ya se inauguraron muestras en La Plata, Córdoba y Tucumán.
“Bienalsur es una Bienal que no tiene nada que ver con el comercio de arte —dice Jozami—. Es una Bienal profundamente política, porque intenta llegar al conjunto de la población de cada uno de los lugares donde está, pero a la vez no tiene nada que ver con la política partidaria”. Si lo cotidiano se enrarece, lo mismo pasa con el consumo, la sociedad obsesionada con el consumo, y sus consecuencias. Lo dicen con contundencia muda las ideas que muchos de los artistas de Bienalsur pudieron convertir en formas, colores, instalaciones, propuestas, en muchos casos, no exentas de humor.
Para Jozami, este proyecto nacido para traspasar fronteras a partir del arte, funciona como una diplomacia cultural. Concebido para poner el práctica “el derecho a la cultura”. “Nosotros siempre decimos que ese es uno de los derechos básicos y fuente de muchos otros, pero a la vez es el que menos se considera. Esta es una Bienal democrática con diferencias con las clásicas bienalesque la gente está acostumbrada a que se produzcan en un solo lugar. Y donde no tenés la necesidad de conocer a nadie para llegar a ser seleccionado para participar de la Bienal”.
Es así: cada dos años, los años pares, se hace un llamado abierto de propuestas de curadores y artistas, del que participan entre 4500 y 5500 artistas de más de 80 países diferentes. Los artistas envían sus propuestas, estas propuestas son tratadas, en primer lugar, por un jurado en la Argentina y luego por un jurado internacional en el que participan varios directores de museos de Europa, África y Asia. El resultado de esa selección extraordinaria ya está a la vista. Al alcance de cualquiera que se acerque a alguno de los múltiples espacios, de la Argentina y del planeta, en los que sucede, hasta fin de año, Bienalsur 2023.
FUENTE TN