Alina Akselrad nació hace 22 años en Córdoba y se convirtió en la nueva Miss Universo Argentina 2020. Pero Alina tiene una historia personal que la destaca por sobre las demás: en su adolescencia confirmó haber recibido bullyng por su sobrepeso y, desde ese momento, se encarga de promover una lucha contra los estereotipos y a favor del empoderamiento femenino.
Alina es locutora, estudia para ser Coach Ontológica y participa en diversos programas sociales. “En mi adolescencia siempre tuve sobrepeso, comenzando a los 16 años. Entonces demostrando desde la acción, desde el conocimiento y haciendo hincapié en que la belleza no se mide ni se pesa, es como este cambio se puede generar”, explicó Alina, en diálogo con canal doce de Córdoba. De esta manera, se comprometió con distintas iniciativas sociales y apoya iniciativas para promover la igualdad, como la Ley de Talles. Además, es embajadora de una ONG que da apoyo a niños con cáncer y sus familias, y creó un emprendimiento llamado: “Tacos y palabras al poder”, un proyecto que busca empoderar a las mujeres, brinda charlas y capacitaciones con profesionales sobre temas como la violencia de género y organiza colectas de alimentos no perecederos a beneficio de merenderos de Córdoba.
Alina contó que su rol como Miss Mundo Argentina será la promoción turística del país y lo que hace a la identidad de los argentinos, visibilizar problemáticas sociales, mostrar las distintas realidades, involucrarse en las tareas sociales y promocionar las industrias sociales. Pero lo que ella vivió le sirvió para tener otra visión de las cosas: “La belleza no se mide ni se pesa”, repite con intensidad y seguridad. La historia de Alina puede estar dentro de cualquiera de nosotros.
